La peligrosa odisea de cruzar un pueblo de Alicante: 32.000 vehículos al día por calles estrechas

El problema radica en que la travesía del casco urbano es una carretera provincial, por la que circulan nada menos que 32.000 vehículos al día -con una población de 2.800 habitantes- por calles estrechas pensadas para un tráfico de vecinos y no con muchos camiones y autocares.

Estos 'pesos pesados' de la ruta, por sus dimensiones, invaden el carril contrario para no arrollar a coches estacionados y ponen en peligro irremediablemente a quienes se los encuentran. Cuando eso ocurre en un tramo recto, ambos pueden ralentizar la marcha y evitar la colisión, pero si la circunstancia se da tras una curva, sin visibilidad, puede llegar el choque.

«En fechas recientes, las cámaras de seguridad captaron un episodio que pudo terminar en tragedia: un vehículo se empotró contra una fachada apenas unos segundos después de que un peatón cruzara por ese mismo punto», relatan fuentes municipales en su web. «Fue el azar, y no las condiciones de seguridad, lo que evitó un desenlace fatal», apostillan.

Para colmo, los atascos continuos agravan el riesgo 'post-accidente'. «Otro factor crítico es la dificultad de intervención de servicios de emergencia: en no pocas ocasiones, el colapso ha retrasado la llegada de ambulancias, bomberos o fuerzas de seguridad, comprometiendo la atención a personas en situación de riesgo vital, ya sea por accidentes, episodios sanitarios o incendios», describen.

Los datos que explican cómo se ha llegado a esta situación caótica resultan elocuentes. Entre el 12 de junio y el 13 de julio, las cámaras de tráfico contabilizaron una media diaria de 15.000 vehículos desde Xàbia, 9.000 desde Moraira y 8.000 desde Teulada. Esta intensidad supera con creces la capacidad técnica de «unas vías insertas en un entorno consolidado», según la explicación de los técnicos.

Las carreteras provinciales CV-740 y CV-737 «generan una presión viaria incompatible con su estructura urbana y los principios de planificación sostenible».

Ante un volumen de tránsito así, sólo cabe afrontar la dotación de rondas o variantes, tal como señalan desde este Ayuntamiento, que compara con otros «municipios similares, donde flujos de esta magnitud han motivado la construcción de circunvalaciones para desviar el tráfico de paso fuera del núcleo urbano».

Esta saturación viaria tiene puntos críticos, en tramos como la calle Padre Plácido, donde la calzada apenas alcanza los 4,5 metros de ancho y «obliga a compartir un espacio insuficiente para vehículos pesados y peatones, y genera una situación insostenible para la convivencia y la movilidad».

Además, en algunas zonas hay aceras de apenas 0,75 metros, y con la proximidad del colegio CEIP Santa María Magdalena, no hay un itinerario escolar seguro. «La circulación diaria de vehículos pesados junto a un centro educativo, sumada a la inexistencia de aceras transitables, obliga a las familias a elegir rutas más distantes, pero que al menos ofrecen un mínimo de protección para sus hijos», denuncian.

Por ahora, la emergencia sólo tiene una solución a la vista, una circunvalación prometida hace tiempo. «Sabemos que este proyecto figura como la prioridad número uno en toda la provincia y aradecemos sinceramente la predisposición tanto del diputado responsable como del equipo técnico de la Diputación, pero es necesario un impulso definitivo para que pase de ser una propuesta a una realidad tangible en el menor plazo posible», ha manifestado el alcalde, Miguel Ángel García.