Nacen en Benidorm seis serpientes cascabel pigmeas cuyo veneno se usa para prevenir infartos
Las crías de esta especie de pequeño tamaño del parque Terra Natura son capaces de sobrevivir y cazar desde el primer momento sin cuidados de sus progenitores
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El parque Terra Natura de Benidorm ha informado del nacimiento de seis crías de serpiente de cascabel pigmea oscura, una subespecie peculiar cuyo veneno se utiliza para prevenir infartos de miocardio, entre otros problemas de salud. También resulta ser ser un animal curioso, porque desde el primer momento ya puede sobrevivir de forma independiente, cazar e inocular su arma letal para las presas antes de llegar a la edad adulta.
El equipo de herpetología de este complejo zoológico ha confirmado la buena noticia referida a este reptil viviparo del sur de Norteamérica, especialmente presente en el Estado de Florida. La pareja reproductora, incorporada al parque en 2023, forma parte del grupo de ofidios venenosos mantenidos bajo supervisión veterinaria especializada, tanto por su interés zoológico como por su valor para la conservación y la investigación biomédica.
Las nuevas crías, que miden entre 10 y 12 centímetros al nacer, presentan ya su característico cascabel en miniatura, así como colmillos funcionales y glándulas de veneno, por lo que son completamente independientes desde el momento de su nacimiento. A diferencia de otras especies, no requieren cuidados parentales. En estado adulto, no superarán los 30 centímetros de longitud, y su patrón de camuflaje en tonos grisáceos con una marca oscura en forma de punta de flecha sobre la cabeza les permite ocultarse eficazmente entre hojas secas y rocas de su hábitat natural, tal como han detallado desde Terra Natura.
Aunque no se considera mortal para los humanos, el veneno de la cascabel pigmea oscura es hemotóxico y puede causar un dolor intenso, inflamación y necrosis local, al afectar directamente a los vasos sanguíneos e impedir la coagulación sanguínea. Su toxicidad está adaptada a la caza de presas pequeñas como lagartijas, roedores y anfibios.
Desde el ámbito biomédico, el veneno de esta especie se utiliza como agente anticoagulante en estudios para prevenir síndromes coronarios agudos, infartos de miocardio o anginas, debido a su capacidad para impedir la agregación de plaquetas.
En esta línea, Terra Natura Benidorm colabora actualmente con la doctora Elda E. Sánchez del National Natural Toxins Research Center de la Texas A&M University–Kingsville, a través del envío de muestras biológicas con fines científicos. Esta colaboración busca contribuir al avance de investigaciones sobre nuevos tratamientos relacionados con la salud cardiovascular.
Sistrurus miliarius barbouri habita zonas de clima templado en estados del sur de Estados Unidos, siendo especialmente abundante en Florida. Aunque su estado de conservación se considera de preocupación menor, la pérdida de hábitat representa una amenaza que justifica el seguimiento de sus poblaciones y el fomento de su reproducción en entornos controlados como parte de los esfuerzos globales de conservación.
«Con este nacimiento, Terra Natura Benidorm refuerza su compromiso con la preservación de especies exóticas y su apoyo a la investigación científica, al tiempo que ofrece a los visitantes la oportunidad de conocer de cerca a una de las serpientes más singulares del continente americano», han resaltado las mismas fuentes.
«El nacimiento de estas seis crías de serpiente cascabel pigmea oscura es una excelente noticia desde el punto de vista de la conservación y la investigación científica», ha señalado David Martí, herpetólogo de Terra Natura Benidorm. «Se trata de una especie con características únicas, cuyo veneno tiene un enorme potencial biomédico. Poder mantener y reproducir a estos animales en condiciones controladas nos permite no solo asegurar su bienestar, sino también colaborar con proyectos de investigación que pueden tener aplicaciones médicas reales en el futuro».
Terra Natura Benidorm es un parque de naturaleza y animales dedicado al cuidado de especies animales, que cuenta con más de 150 especies diferentes, en su mayor parte vulnerables o en peligro de extinción.
«El recorrido por sus instalaciones hace que los visitantes se sumerjan en el concepto de zooinmersión», explican sus responsables. «Las barreras entre el visitante y los animales quedan ocultas entre la vegetación, generando la sensación de continuidad entre los ecosistemas recreados para cubrir las necesidades de los animales», apostillan.
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