Estas son las mejores monas de Pascua de Valencia: dónde se pueden comprar

La mona de Pascua se ha convertido por excelencia en uno de los grandes manjares que marcan la Semana Santa en la Comunidad Valenciana, un dulce que no solo evoca recuerdos de infancia, sino que también reúne a familias y amigos en torno a una merienda cargada de simbolismo.

Aunque existen muchas variedades, desde las más clásicas con huevo duro hasta las más modernas decoradas con chocolate, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia lo tiene claro: las mejores monas de Pascua se elaboran en cinco hornos de la provincia.

Tal y como ha reconocido el gremio en su 38º Concurso de Dulces de Pascua 2025, la mejor mona de pascua se elabora en la Pastelería Vicente García, ubicada en la avenida Reino de Valencia (Valencia). Aunque si eres más del otro dulce típico de esta fecha, conocido como 'panquemao', el mejor lo hornean en el Horno Inma Moliner (Mislata). Asimismo, el Obrador La Dama Salvaje (Valencia) se ha hecho con el primer puesto en la categoría de «Tortas de Pasas y Nueces».

Otro producto innovador de esta Semana Santa es el PASCUATTONE de David Esteve Pastisseria (Valencia), un panettone de temporada que combina naranja confitada, boniato, calabaza confitada, nueces y chocolate puro.

Por su parte, cabe destacar que el Horno San Antonio (San Antonio de Benagéber y Mercado Central) ha hecho doblete en esta ocasión al alzarse con el primer premio de las categorías de «Ornamentación Comercial de Pascua» y «Mona Artística».

Tal y como apuntan desde el gremio, esta iniciativa se consolida como una muestra de los más de 700.000 productos artesanales que, durante estas fechas, se elaboran en los obradores agremiados. Más allá de la competición, el concurso refleja «el firme compromiso de los profesionales del sector con la tradición pastelera valenciana, especialmente en torno a productos emblemáticos de la gastronomía valenciana».

En este sentido, el presidente del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, Juanjo Rausell, ha destacado que «este concurso, con casi cuatro décadas de historia, representa mucho más que una competición, es una declaración de amor por nuestro oficio, por los sabores que nos unen y por una manera de hacer las cosas que respeta el tiempo, la técnica y la esencia de nuestra cultura gastronómica.»