Mazón mantiene altos cargos de la etapa de Puig en la Generalitat en perfiles técnicos y económicos

Una estrategia efectiva que, según fuentes populares, sigue una hoja de ruta para afectar lo mínimo posible a grandes inversiones en la Comunidad Valenciana, como son la construcción de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto y la anhelada llegada del mastodonte automovilístico Tesla, cuyo propietario, Elon Musk, continúa deshojando la margarita para elegir la ubicación de su nueva planta en Europa.

La decisión de dar continuidad al trabajo de altos cargos socialistas de la anterior legislatura viene anunciada desde el mismo día después de ganar las elecciones autonómicas del 28 de mayo, cuando Mazón reconoció que ya habían presentado alguna oferta a determinadas personas, como por ejemplo el exsecretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer. Contrario a la tasa turística promovida por Compromís y Podemos y ampliamente reconocido en el sector, finalmente declinó la oferta popular y se mantuvo fiel a las siglas socialistas.

Quienes sí sucumbieron al ofrecimiento del nuevo Gobierno en coalición de PP y Vox en la Comunidad Valenciana fueron otros cuatro altos cargos, todos ellos pertenecientes a la nueva Conselleria de Hacienda, Economía y Administración Pública liderada por la exsíndica de Ciudadanos Ruth Merino, ahora titular de dicha cartera. No obstante, la totalidad de estos puestos responden a un perfil sumamente técnico, mientras que los cargos de corte político han sido repuestos al completo con la guardia pretoriana de Mazón.

Los populares entienden que estos especialistas del según escalón del anterior Ejecutivo son claves para materializar diferentes proyectos vinculados a inversiones extranjeras, tanto por su alto grado de conocimiento del estado de sus respectivas negociaciones, como por los pasos que deben seguir, la confianza depositada en ellos por parte de los interesados en la industria valenciana y que la entrada de nuevos gestores podrían perjudicar a las mismas.

El primero de los altos cargos del periplo de Puig al frente de la Generalitat que aceptó la oferta de Mazón fue José Manuel García Duarte, quien seguirá en el puesto de director general de Tecnologías y Comunicaciones, después de que fuera nombrado en julio de 2019. Ingeniero de profesión y militante socialista, ha gestionado el departamento con más presupuesto de la Conselleria de Hacienda el cual desarrolló el plan estratégico del Gobierno valenciano en transformación digital,con inversiones superiores a los mil millones de euros.

También proseguirán en sus labores la actual directora general de la Agencia Tributaria Valenciana, Sonia Díaz, así como la interventora general de la Generalitat, Amparo Adam, y el director general de la Intervención, Gonzalo Peral, todos ellos nombrados durante la legislatura pretérita de Ximo Puig. Asimismo, fuentes populares no descartan que se produzcan más nombramientos de altos cargos de la última etapa socialista en las próximas semanas.

Hace una semana, el Consell aprobó la nueva estructura del Gobierno valenciano en un pleno extraordinario, cuyo segundo escalón se desglosa en diez subsecretarios, 26 secretarios autonómicos y 75 directores generales. En total, 121 cargos de inicio de los cuales 99 tendrán color azul y los otros 22 serán para la formación de Santiago Abascal. Una cantidad significativamente inferior a la que contabilizaba el anterior Ejecutivo de Puig al final de su legislatura, con 151 miembros, siguiendo la promesa de Mazón de adelgazar la grasa institucional en puestos de la Generalitat.

En relación a estos nombramientos, el nuevo de la Generalitat Valenciana ha vuelto a exhibir sus dotes negociadores y su habilidad estratégica para debilitar a sus adversarios políticos y ocupar el espacio central del Ejecutivo frente a sus socios de Gobierno, Vox, a quienes ha otorgado una vicepresidencia y dos consellerias mientras se rodeaba de perfiles de otras formaciones como Merino -quien será la portavoz del Consell- o los cuatro altos cargos socialistas nombrados.