Macastre, el otro caso Alcàsser olvidado: tres adolescentes asesinados, el mismo bar y un pie mutilado

Si todavía nos preguntamos dónde está Antonio Anglés y si Miguel Ricart -único condenado en el caso Alcàsser- dice la verdad, en el crimen de Macastre, localidad valenciana a tan solo 30 kilómetros de la primera, ni siquiera conocemos a los autores del rapto y asesinato de Rosario Gayete, Francisco Valeriano y Pilar Ruiz, tres adolescentes de 15 años que salieron de acampada y nunca más se les volvió a ver con vida.

Pero más allá del principal paralelismo de ambos casos, al tratarse de la desaparición de tres menores en una época convulsa para la juventud valenciana en el pleno apogeo de 'la Ruta' y el coqueteo con las drogas, sendos crímenes guardan otras tétricas coincidencias, aunque Macastre no recibió, ni de lejos, el mismo tratamiento mediático que el de Alcàsser.

El 15 de enero de 1989 los tres adolescentes decidieron coger un autobús desde Valencia hasta Catadau para disfrutar de un fin de semana de acampada. El último lugar -o mejor dicho, la segunda similitud con Alcàsser- en el que se les vio fue en el bar 'El Paso', de esta localidad, donde cuatro años después fueron vistos Anglés y Ricart comprando bocadillos y bebida la noche que secuestraron a Miriam, Toñi y Desirée.

Cuatro días después, un pastor encontró en su caseta de labranza en Macastre el cadáver de Rosario sobre una cama sin aparentes signos de violencia y con el pantalón desabrochado. Los médicos forenses si hallaron restos de sangre y un fluido que podría ser semen en la zona genital, pero no se llegó a confirmar en los diferentes análisis clínicos. De los otros dos cuerpos, ni rastro, situación que descolocó a los investigadores de la Guardia Civil.

Pero el caso se iba a complicar todavía más cuando el 27 de enero -el mismo día que las niñas- fue hallado el pie de Pilar. Por si fuera poco, la articulación mutilada de la joven se encontraba depositada en un contenedor de la calle Alcàsser de Valencia. Cuatro meses después, se encontró el resto de su cuerpo, en avanzado estado de descomposición, en un canal de riego ubicado en la localidad de Turís, cuya autopsia reveló que la extremidad era suya y fue cortada con una sierra mecánica. Además, su rostro presentaba otras mutilaciones y le faltaba la mano izquierda.

El tercer cuerpo fue hallado el 8 de abril del mismo año por un agricultor que buscaba espárragos también en Macastre, a unos 400 metros del primer cadáver. El cadáver de Valeriano estaba entre arbustos, boca abajo, sobre un plástico y junto a una vela.

34 años después, el crimen continúa abierto, sin resolver ni conocer los nombres de los asesinos de los tres menores valencianos. Todo incógnitas y misterios asociados a la pujante crónica negra de la época que 'anticiparon' al crimen de Alcàsser. De hecho, durante el juicio a Miguel Ricart se le llegó a preguntar sobre su posible vinculación con el caso Macastre, hecho que negó y nunca se pudo demostrar.

Anteriormente, se investigaron a otros sospechosos sin encontrar pruebas concluyentes. Por ejemplo, un jornalero que invitó a Rosario a un refresco en el bar de Catadau y un drogadicto de Valencia conocido como 'Wichita', a quien los agentes consideraron que querían atribuirle el crimen tras una llamada anónima. Así, transcurrieron las pesquisas sin encontrar a los responsables del asesinato de los jóvenes valencianos.