Las llamadas del presidente de la CHJ el día de la dana: sólo una sobre el Poyo y el foco en Forata

Así consta en un informe remitido a la comisión de investigación sobre la barrancada en las Cortes Valencianas, y consultado por ABC, en el que el organismo estatal -dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica- incide en que no es quien realiza el seguimiento de ramblas y barrancos «sino quien, previa petición del Centro de Coordinación de Emergencias -de la Generalitat-, contrasta la información que llega a éste» de todos los agentes implicados, entre los que se incluyen los ayuntamientos, los bomberos o la Guardia Civil.

«Ese es el motivo por el cual en algunos barrancos hay puntos de control, que no son estaciones de aforo, sino sensores de nivel que, como se pondrá comprender, son muy vulnerables en una crecida de gran magnitud», agrega.

La documentación enviada al Parlamento incluye un listado con las llamadas «más relevantes» que realizó ese día desde su teléfono personal -no dispone de uno corporativo- el presidente de la CHJ, Miguel Polo, que declarará como testigo ante la juez que instruye la causa penal por la gestión de la riada el próximo 19 de septiembre.

«Desde primera hora de aquel día, el presidente de la CHJ estuvo haciendo el seguimiento de los ríos en los que estaba habiendo problemas: Júcar, Magro y Albaida; para lo cual, además de apoyarse en el SAIH -Sistema Automático de Información Hidrológica -, recibió y realizó diversas llamadas con alcaldes y alcaldesas, con agentes medioambientales del organismo, así como algunos vecinos de los pueblos afectados», indica.

Sólo una de esas comunicaciones -se detallan una veintena entre las nueve de la mañana y la una de la madrugada- tenía relación con el barranco del Poyo, cuyo desbordamiento a su paso por los municipios de la zona cero provocó la mayoría de las muertes. A las 13.42 horas, y durante poco más de tres minutos, Polo habló con el agente medioambiental de la zona del bajo Turia para conocer la situación actualizada del río Turia y del Poyo. «No había nada significativo en esos momentos», señala el documento.

Emergencias de la Generalitat había activado la alerta hidrológica en el Poyo a mediodía tras recibir un correo de la CHJ que advertía de un aumento brusco del caudal (264 m3/s). Pese a que no se desactivó, el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia retiró a los efectivos que lo vigilaban alrededor de las dos y media de la tarde porque el nivel del agua había descendido. Entre las 16.13 y las 18.43 horas, la Confederación no envió más correos -aunque los datos sí podían consultarse en su web- pese a que el caudal fue creciendo hasta alcanzar los 1.686,8 metros cúbicos por segundo.

De las testificales que la magistrada ha practicado a técnicos del 112 se desprende que esa comunicación llegó al Centro de Coordinación de Emergencias de l'Eliana, pero nadie supo interpretar el peligro que representaba. Tampoco se trasladó a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), el órgano que dirigía la crisis. El presidente de la CHJ participaba desde las 17 horas de forma telemática en ese encuentro, centrado en el posible colapso de Forata.

De hecho, a las 19.30h, habló con el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y «le puso al corriente sobre la situación de la presa de Forata, así como le informó de la indecisión de la consellera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana -Salomé Pradas, imputada en la causa judicial-, y del caos existente en el Cecopi». En ese momento se debatía el envío de la alerta que no llegaría a los móviles hasta las 20.11h.

En paralelo, el documento revela que los ocho agentes medioambientales y los dos guardias fluviales del organismo que trabajaron el día de la dana en la zona más afectada finalizaron su jornada entre las 15 y las 17 horas, precisamente cuando las ramblas empezaron a incrementar su caudal.

Su labor consistía «principalmente en la vigilancia del dominio público hidráulico y la atención de solicitudes de información por parte de las distintas unidades administrativas de la Confederación, para el seguimiento del episodio de avenidas».

Otra de las cuestiones a las que responde el escrito de la Confederación es la agenda oficial de Miguel Polo desde el 29 de octubre hasta el 15 de noviembre de 2024. Durante el periodo indicado, Polo «suspendió su agenda oficial; todas las reuniones, visitas y actos o jornadas fueron anulados para centrarse en las actuaciones derivadas de las consecuencias de la dana».

«Esto se tradujo en multitud de reuniones internas para poner en marcha las obras de emergencia que tenía que ejecutar el organismo, así como reuniones de coordinación con otras administraciones y operadores de los servicios públicos de agua potable y saneamiento, en contestar las múltiples peticiones de información de los medios de comunicación, así como dar respuesta a los ingentes bulos, mentiras y desinformaciones que partían incesante y principalmente desde el gobierno de la Generalitat Valenciana; además de realizar visitas a las zonas afectadas por la dana», asevera.