Como consecuencia de este ataque durante un viaje escolar a Málaga, la víctima lleva dos años en tratamiento psiquiátrico por las secuelas emocionales de aquella experiencia traumática y estuvo dos veces hospitalizado, tal como ha publicado Las Provincias.
Se desplomó en brazos de su madre y entró en estado catatónico tras la violación, que había ocultado al igual que las vejaciones a las que lo sometían otros alumnos del mismo centro educativo concertado, que al descubrirse su caso tuvo que abandonar junto con sus dos hermanos. De hecho, había guardado silencio cuando lo acosaban por miedo a que causaran daño a uno de ellos, más pequeño.
Aunque en la investigación se había detectado que le enviaban materialpornográfico por teléfono, tanto heterosexual como homosexual, según los abogados de estos adolescentes inicialmente acusados, se descartaron 300 llamadas en una prueba pericial de la Policía, contenido que la acusación particular había denunciado.
La violación se produjo cuando lo encerraron en el cuarto de baño de la habitación de hotel durante un viaje escolar a Benalmádena, se masturbaron delante suya mostrándole también vídeos pornográficos y le amenazaron mientras unos consumaban la agresión sexual y otros los jaleaban.
A raíz de la denuncia, la dirección del colegio prohibió más viajes y diez alumnos abandonaron también el centro y los representantes de la asociación de madres y padres presentaron su dimisión.
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