Condenados a ser niños

Los reinos cristianos peninsulares batallando unidos en las Navas de Tolosa allí, en Despeñaperros, donde volvería a inclinarse la historia de España cinco siglos más tarde en Bailén, o aquel relato del episodio hispano de la guerra de los cien años con el asesinato de Pedro el Cruel en Montiel: ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor.

Cincuenta años cumple el CEU San Pablo en Valencia cómo recordaba precisamente Vicente Navarro de Luján en un sentido obituario a García de Cortázar publicado en prensa. Sin duda, la profesora María Dolores ha sido una docente de referencia para muchas generaciones de alumnos que asistimos a sus clases, donde nos enseñó a pensar, donde nos hizo entender que el Hic et Nunc, esa locución latina también atribuida a Cicerón que refiere a la realidad del momento, sólo puede ser comprendida como resultado de las causas del pasado y cómo consecuencia de lo que acontecerá en el futuro. Sin historia no hay futuro, ni individual ni colectivo, no hay más que una condena maldita a vagar por este mundo sin entender quienes somos, a permanecer como seres infantiles.

García de Cortázar, nos enseña en su obra cómo se forjó la Hispanidad, su herencia romana, la influencia de las sucesivas conquistas de Visigodos y Musulmanes, profundiza en esa determinante Edad Media que imprimió carácter propio y común en cada uno de los territorios que hoy componen España.

Vasquista, fuerista y partidario de España atribuye una visión compleja de nuestro presente vinculado a la riqueza de nuestra diversidad. Una mirada de aquél que dejó de ser niño, de simplificar lo concreto y múltiple para comprender que precisamente en la complejo en la suma de los distintos pueblos de España, radica la fortaleza de la nación.