Joaquín Ferrándiz, el asesino en serie de cinco mujeres, al salir de la cárcel: «No volveré a Castellón por respeto a las víctimas»
El condenado a 69 años de prisión cumple el tiempo máximo de reclusión y se marcha al extranjero para rehacer su vida en el anonimato, físicamente irreconocible
El ensayo Ferrándiz: un asesino en serie sin tratar en libertad
Imagen de Joaquín Ferrándiz a las puertas de la cárcel de Herrera de la Mancha
Joaquín Ferrándiz quiere rehacer su vida -las cinco mujeres que asesinó ya no tendrán esa opción- donde nadie le reconozca, fuera de España. Ha salido este sábado de la cárcel tras cumplir 25 años de pena -el tiempo máximo ... de reclusión con la legislación vigente cuando fue condenado a 69 años- y va a alejarse al máximo del escenario de sus crímenes. «A Castellón no regresaré nunca, por respecto a las víctimas», ha comentado a los medios de comunicación.
A la vista ha quedado tras su salida de prisión en Herrera de la Mancha (Ciudad Real) que tiene un empeño principal: pasar desapercibido. Su transformación física se ha convertido en un aliado, porque tiene canas y bastantes más kilos de peso, lo que le hace irreconocible. Por si no fuera bastante, se ha escondido detrás de unas gafas de sol, una gorra y hasta una mascarilla, como si no supiera que la pandemia del coronavirus ya pasó.
Por primera vez, que se sepa oficialmente, se ha confesado «arrepentido« y ha pedido «perdón» a los familiares de las víctimas, más conminado por las preguntas de los periodistas que han esperado su paso fugaz ya en libertad, cuando un taxi le esperaba sin conocer su identidad.
Si hubiera cometido estos cinco asesinatos en la actualidad, con las nuevas leyes habría sido condenado a prisión permanente revisable, con lo que se había quedado entre rejas el resto de su vida, pero ahora a sus 60 años todavía tiene tiempo de rehabilitarse. Aunque no ha seguido ningún tratamiento o terapia en la cárcel.
Según Vicente Garrido, catedrático de Criminología de la Universidad de Valencia que trabajó en la reconstrucción de sus asesinatos y cuya labor resultó crucial en la investigación del caso, el procedimiento con Ferrándiz es de alguna forma experimental, como «primero de los asesinos en serie condenados que ha podido salir en libertad con casi 60 años, sin ningún tipo de enfermedad terminal ni una vejez manifiesta», ya que los demás no estaban en condiciones ni físicas ni mentales de intentar encauzar sus vidas después de la reclusión.
Aunque cambiara de idea o su anuncio de que se va a al extranjero fuera un farol, tiene prohibido acercarse a los lugares en los que se cobró la vida de cinco jóvenes de entre 23 y 25 años de edad (también intentó matar a otras dos).
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