En el documental, surgido al calor del 20º aniversario del estreno de «Sin libertad» (2001) —un mediometraje con testimonios de familiares de víctimas asesinadas por la banda terrorista ETA que fue premiado en Nueva York y reconocido en Hollywood—, Arteta y su equipo han seleccionado a cinco jóvenes estudiantes de periodismo de entre 19 y 23 años, María, Pablo, Andrea, Jon y Jagoba, para entrevistar a las víctimas de ETA que, dos décadas atrás y con el horror de la muerte todavía caliente, protagonizaron la pieza audiovisual.
Una idea con la que el cineasta ha querido contrastar la manera en que ha llegado a nuestros días el terror que los asesinos infundieron a toda una sociedad, planteando la pregunta «¿qué ocurre cuando situamos frente a frente a una víctima con un joven que no ha conocido el terrorismo?», que colea en el subconsciente del espectador durante sus casi dos horas de duración.
Con ese choque intergeneracional latente, el documental es una pieza indispensable dentro de la obra del director bilbaíno, así como una crítica mordaz a las causas que han provocado el desconocimiento en las jóvenes generaciones que, según apostillan diversas encuestas, existe acerca de los tiempos del terrorismo en España.
Una perspectiva global sobre el cambio de proceder de los etarras en estos veinte años
Además, también saca de la cápsula del tiempo, pasados veinte años, cómo han asimilado esas mismas víctimas un período tan cambiante, en el que se ha vivido desde el cese de la violencia armada por parte de la banda hasta su incorporación a la política blanqueada por buena parte de la opinión pública. Y cómo es sentir en carne propia la carga de la culpabilidad social y el sentimiento de enemistad pública tras el arrebatamiento de un ser querido por motivos políticos.
En la película, los jóvenes periodistas entrevistan a Eva Pato, viuda de José Santos, policía nacional que se suicidó en 1994; María del Mar Negro, cuyo padre fue asesinado en un ataque a la central nuclear de Lemóniz en 1978; Inmaculada Iruretagoyena, hermana de José Ignacio Iruretagoyena, concejal del PP en Zarautz, asesinado en 1998; Begoña Elorza y José Antonio Díez, padres del ertzaina Jorge Díez, asesinado en el año 2000; y al líder de Vox Santiago Abascal, concejal del PP en el Ayuntamiento de Llodio ese mismo año.
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