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Se habla bajito en Campanar

Han pasado 72 horas desde que un incendio brutal conmocionó a la ciudad. El barrio sigue en shock, pero ahora, tras la tragedia, sus vecinos piden intimidad y calma. Normal

La tragedia de Valencia se cobra al menos 9 vidas, 4 de la misma familia

Ramos de flores delante del edificio calcinado recuerdan a las victimas EFE
Rebeca Argudo

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Campanar es en Valencia una pequeña aldea gala, un puñado de casas bajas y calles breves que hogaño abrazan avenidas y enormes torres como antaño lo hacía la huerta. El tópico de «antes todo esto era campo» aquí es crónica reciente: no hace tanto ... que esto eran huertos de naranjas y alguna alquería blanca, olía el aire a azahar. Pero el boom inmobiliario hizo crecer Valencia hacia el único lugar que el mar le permitía, Turia arriba, y Campanar resistió el envite incorporando verticalidad y nuevos vecinos al paisaje y al paisanaje. Engullido, pero no digerido; aún pueblo, más que barrio. Por eso la tragedia es propia, en primera persona, y no es raro ver hoy a vecinos abrazarse, llorar, consolarse junto al perímetro policial. A los pies de lo que ya no es más que un esqueleto, estructura negra y fantasmal, en lo que fue el viejo Camí del Pouet, l'alqueria de Puchades, antigua granja rural del siglo XIV, recuerda lo que era esa periferia. Fue un grupo de amigos el empeñado en recuperarla, hace diez años, para que no se perdiese en la jungla de asfalto y hormigón una parte de nuestra historia. Allí estaban algunos, reunidos alrededor de la mesa, disfrutando la sagrada costumbre levantina de la sobremesa, cuando Miguel, el cocinero, recibió el primer mensaje en su móvil: «¿Estás bien? ¿Qué está pasando?». Se asomó a la ventana, atónito, y atisbó las llamas.

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