Habitualmente, allí se genera vapor de agua necesario en la producción de envases para alimentos como marisco y pescado, frutas y verduras o lácteos, entre otros, así como embalajes, fabricados con poliestireno expandido, un material que parte de una especie de polvo sometido a presión en unos moldes donde se hace sólido en bolas minúsculas y se compacta con la forma deseada. En plena actividad, de esa caldera sale una densa y abundante columna que visualmente parece humo, pero se trata de la condensación hídrica, no contaminante
La Guardia Civil investiga las causas del accidente y la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé agradeció este miércoles el trabajo de los empleados y voluntarios, que formaron una cadena humana para retirar escombros y envases amontonados tras la deflagración, un esfuerzo de urgencia para la búsqueda de atrapados al que se sumaron incluso profesionales de los medios de comunicación que habían llegado con prontitud al lugar. En ese momento había 39 personas dentro de las instalaciones y se temía por sus vidas.
De hecho, se realizaron hasta tres recuentos para cerciorarse de que no había más atrapados bajo los escombros y la chatarra en que se había convertido la mayor parte de la nave, tal como detalló el alcalde, Sergio Carrasco. El Ayuntamiento decretó tres días de luto oficial por esta tragedia y desde el primer momento, un equipo de atención psicológica de Cruz Roja ha dado su apoyo a las familias de los fallecidos y a los operarios de la fábrica.
Por su parte, el sindicato CCOO ha anunciado que ha presentado una denuncia ante Inspección de Trabajo contra la empresa Climber por la muerte de los tres trabajadores.
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