«El Gobierno prefiere contentar y mantener callado a Page»: así ven en Valencia el fin del trasvase Tajo-Segura anunciado en el Congreso del PSOE

Después de denunciar que esta medida «condenará» al sector primario en esta provincia «con el silencio y el beneplácito de los socialistas valencianos», el dirigente autonómico ha descartado la desalinización como alternativa, tal como ha plasmado el PSOE de Castilla-La Mancha en su documento.

«Las desaladoras son complementarias, no sustitutivas del agua dulce que viene a través del trasvase, lo que proponen no es una opción para los cultivos por su calidad, su elevado coste para los regantes y por su grandísimo impacto ambiental negativo», ha razonado. Más en concreto, Barrachina ha precisado que los caudales que ahora llegan del acueducto pasarán a ser suministrados por desalinizadoras multiplicando por tres o cuatro veces su precio actual, lo que no puede ser asumido por el agricultor, que acabará abandonado, según su pronóstico.

En cambio, ha abogado porque «cada día han de haber más infraestructuras hidráulicas que permitan recoger la intensa lluvia concentrada en menos, para defender a las poblaciones aguas abajo y además darle un uso agrario, dado que las etapas de sequía serán más prolongadas». Un análisis que concuerda con episodios recientes, como la catastrófica DANA en Valencia y otros temporales de gota fría menos extremos.

En cualquier caso, «desde la Generalitat Valenciana no se va a permitir que esto ocurra, va a defender tanto desde el punto de vista político como judicial el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura, como ha hecho hasta ahora».

Barrachina ha recordado el impacto económico de esta medida traumática, si el Ejecutivo de Pedro Sánchez aplica la premisa del documento en el Congreso Federal del PSOE: «Estamos al lado de nuestros agricultores y regantes, porque acabar con el trasvase Tajo-Segura supone la destrucción de 22.000 puestos de trabajo y talar 10 millones de árboles», ha sentenciado. Además del desastre medioambiental, porque en esta zona «sin agua para regar se está condenado a convertirse en el desierto de Europa».

Por último, el conseller ha lamentado que «de nuevo los criterios políticos se anteponen a los criterios técnicos», al plantear que el trasvase Tajo-Segura sólo se mantenga para abastecimiento destinado al consumo humano y, de forma excepcional, para el riego en momentos exclusivamente de sequía.