El Gobierno declarará como zonas catastróficas los territorios calcinados por grandes incendios

Sánchez ha visitado este lunes, junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, los terrenos calcinados por el siniestro de Bejís. Allí ha mantenido un encuentro con responsables del operativo y alcaldes de los municipios afectados.

El incendio, que afecta a las provincias de Castellón y Valencia, ha sido estabilizado una semana después, sin frentes activos en sus 140 kilómetros de perímetro. Con los 1.500 desalojados de nuevo en sus casas y tras calcinar 19.000 hectáreas en una semana, diez medios aéreos y 300 efectivos trabajan para que la situación se mantenga favorable hacia la extinción.

En una comparecencia sin preguntas, Sánchez también se ha referido al incidente, con heridos graves, del tren Valencia-Zaragoza que se topó con las llamas porque nadie había avisado a la maquinista de que el fuego estaba cerca de las vías.

«El Gobierno va a trabajar con absoluta transparencia y responsabilidad» ante la investigación judicial abierta, ha apuntado, al tiempo que ha llamado a las distintas fuerzas políticas a no utilizar «este incidente ferroviario –ocurrido el martes pasado– como un elemento de confrontación partidista». También les ha pedido que apoyen su decreto de medidas energéticas.

El jefe del Ejecutivo ha explicado que este año se han quemado 223.000 hectáreas en todo el país, cuando el año pasado solo fueron 51.000, en incendios que han provocado el desalojo de 270.000 personas. Se trata, además, del verano más caluroso desde 1971.

«Nos estamos enfrentando a una emergencia climática que exige una labor de extinción» y de «prevención» ante «incendios de nueva generación», ha subrayado. El siniestro forestal de Bejís, el más importante en una década en la Comunidad Valenciana, es «el vivo ejemplo de ese golpe psicológico» que representa «la perdida de biodiversidad» para la ciudadanía, ha señalado.

Tanto Sánchez como el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, han reconocido «el enorme trabajo» de los equipos de extinción, compuesto por diferentes cuerpos de bomberos, de seguridad y la UME, para que no se tenga que lamentar la perdida de vidas humanas. Puig ha puesto el foco en la imagen que deja «un paisaje absolutamente desolador», pero ha garantizado la voluntad de «reconstruir, reparar y mirar hacia adelante» de todas las administraciones tras vencer al fuego.

En paralelo y en la misma región, los equipos de extinción siguen trabajando este lunes en el incendio de Vall d'Ebo (Alicante) para repasar y refrescar la zona y atender pequeños humos que puedan salir en el segundo día en el que el fuego está bajo control. No se prevé la participación de medios aéreos. El fuego, que se originó por un rayo el sábado 13 de agosto y se dio por controlado este domingo, ha quemado 12.150 hectáreas en cien kilómetros de perímetro.