Fiel a sus hábitos, este delincuente multirreincidente -con 34 arrestos por los mismos motivos en ambas ciudades en un par de meses- sigue gustando de comer en abundancia, con alimentos de primera como chuletones y paellas de marisco, y también de beber whisky de calidad.
En alguna de sus últimas fechorías, en Benidorm, ya ni siquiera ha fingido una indisposición grave, sino que ha intentado hacer un «simpa» de más de cien euros la cuenta con total transparencia, sin esconderse demasiado e incluso enfrentándose y protagonizando altercados.
Así, interceptado por los policías tras alertar el dueño del establecimiento de sus intenciones, se descubrió el expediente de sanción de Extranjería, así como las órdenes contra él de varios juzgados, por sus antecedentes, con lo que terminó siendo puesto a disposición judicial, el pasado 12 de enero.
Sin enmendarse lo más mínimo tras ese contratiempo, dos semanas más tarde repitió en otro restaurante y fue captado por las cámaras de seguridad lanzando esos restos de marisco a los comensales de otras mesas, además de encararse en un enfrentamiento con los propietarios.
Y su último intento de engaño conocido se produjo en una cafetería, en este caso por una nota de 20 euros en consumiciones y con una excusa nueva (no tenía dinero), aunque al ver que no lograba su objetivo, volvió a su puesta en escena habitual y se tiró al suelo como si sufriera un fuerte dolor abdominal, con tanto realismo que terminó en el Hospital de Villajoyosa, llevado en ambulancia. El hostelero afectado no presentó denuncia por la escasa cuantía de la deuda impagada.
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