Francisco, Felipe y Pedro en Valencia

El cincuenta aniversario de la muerte de Francisco para muchos supone darnos cuenta de lo mayores que somos al recordar todavía escenas de aquellos días. Del día que nos mandaron a casa antes de la finalización de las clases por una falsa alarma de la muerte del dictador o las enormes colas de personas realizando una última visita a los restos de Franco. Esta última quizá es la imagen que quedó en mi recuerdo sobre aquellos días, imágenes de la televisión en blanco y negro: colas, llantos y silencios.

Yo siempre quise creer que aquellas colas y silencios eran una muestra de respeto de muchos españoles ante el que con aciertos y errores había dirigido nuestro país durante varias décadas, pero que en el fondo era un gracias y hasta nunca, ya que había un ambiente de cambio de régimen.

Tras la DANA ha quedado de manifiesto también su política tras las riadas que sufrimos durante su mandato y que supusieron unas obras sobre el río Turia que no solo ahora disfrutamos, sino que evitaron una tragedia todavía mayor. Para intentar minimizar ese éxito, la progresía indica que aquellas obras no las pagó Franco, como si las que se ejecutan ahora las pagasen los herederos de Largo Caballero.

Lo único que he de agradecer al empeño de resucitar a Franco por parte de Pedro Sánchez y su predecesor socialista José Luis Rodríguez Zapatero, fue el de generar en mi un interés por una época injustamente olvidada por la historia, que fue los años de España desde el final de la guerra civil hasta el fin de la dictadura, así como por la trayectoria política de Francisco Franco.

He aprovechado el aniversario para leer dos biografías de Franco, de dos historiadores muy distintos, lo que me ha permitido hacerme una idea, que probablemente no será cierta al cien por cien, de la figura de Franco y sus gobiernos. Me di cuenta de que había leído más sobre las andanzas de los godos en nuestras tierras o sobre la reconquista, que sobre un período que, aunque algunos lo pintan de blanco y negro, tiene bastante color, y además es el que nuestros padres y nosotros hemos vivido.

Lo que parece evidente es que Franco era mucho más espabilado de lo que los historiadores progres nos están haciendo creer. Fue un laureado general, triunfador en las guerras de África, vencedor no solo de una guerra civil que inició en inferioridad de condiciones, sino también de la lucha de poder entre los generales de su bando. Y por supuesto capaz de mantenerse en el poder durante casi cuarenta años y morir en la cama de viejo. Gobernó un país, evitando entrar en la guerra mundial y sobreviviendo al aislamiento que vino después. Quizá su éxito se debe no solo a su capacidad, sino a la de la gente de la que se rodeó, ya que ahora mismo añoraríamos la capacidad de muchos de sus gabinetes de ministros si los comparamos con los actuales.

Sea como fuese su vida y obra lo cierto es que valoro más las obras que hizo Franco en nuestra Comunidad que las realizadas por el gobierno de Sánchez, y que agradezco más las visitas a las zonas afectas por nuestro rey Felipe que la presencia de Pedro Sánchez en la inauguración de la conmemoración del aniversario de la muerte de Franco.