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La familia fallecida en el incendio de Valencia se encerró en el baño para aislarse de las llamas y pidió ayuda a sus allegados por teléfono

Padre, madre, un niño de tres años y un recién nacido de apenas dos semanas estaban en paradero desconocido desde el siniestro

En directo, la última hora de la tragedia en Valencia tras el incendio del edificio en Campanar

La fachada del edificio tenía lana de roca en su interior, y no poliuretano

Qué es la lana de roca utilizada en el edificio incendiado de Valencia y para qué sirve

El edificio en llamas MIKEL PONCE
María Carbajo

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La tragedia ha golpeado fuerte a Valencia con el terrible incendio de este jueves en un edificio del barrio de Campanar que ha dejado diez muertos.

El complejo, de 14 plantas, fue en apenas 30 minutos pasto de las feroces llamas que redujeron el coloso a un esqueleto gris en un día idem para la capital valenciana.

Una de las historias que más ha conmocionado a los vecinos y a todo el país es la de una familia de la que no se sabía nada desde el siniestro: una joven pareja con un niño de tres años y otro de apenas dos semanas.

Pese a que la investigación del suceso se encuentra bajo secreto de sumario, ABC ha podido confirmar que los cuatro miembros de la familia están entre los diez fallecidos.

Según aseguró el diario 'Las Provincias', varios allegados del matrimonio se alarmaron cuando no pudieron contactar con ellos tras enterarse del siniestro en el edificio de la calle Maestro Rodrigo en el que estos residían.

Fuentes consultadas por este periódico revelaron que la pareja, junto a sus dos hijos, tratando de huir del incendio que se propagaba a gran velocidad, se encerró en el baño de la vivienda en un intento desesperado de aislarse de las llamas.

Las mismas fuentes aportaron el detalle de que los dos padres pidieron ayuda a sus familias y amigos enviando desgarradores mensajes por Whatsapp mientras permanecían en el interior aseo, además de tratar de contactar con el 112.

El pequeño de tres años de la familia era alumno de la escuela infantil Sant Pau, situada a apenas diez minutos andando del edificio siniestrado. Este viernes, la puerta de la guardería lucía un crespón negro en señal de luto por la familia desaparecida en la que es una de las historias humanas más duras del siniestro valenciano.

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