Excursión a la isla de Tabarca: porqué es uno de los destinos más visitados de Alicante

En el programa de la jornada no puede faltar darse un chapuzón en su playa principal, junto a los restaurantes donde degustar el típico caldero (receta arroz de pescado fresco recién traído de la bahía cercana), aunque los más atrevidos pueden escapar un poco de la multitud y zambullirse en las calas más tranquilas, entre rocas y acantilados. Incluso los hay que se lanzan desde altura, siempre con precauciones.

Las aguas transparentes, cristalinas y con colores turquesa dejan un buen recuerdo a los bañistas. No en vano, fue la primera reserva marina de España, declarada en la década de los años 80. Punto de paso imprescindible es su «pintoresco puerto marinero, con una excelente oferta de restauración», así descrito en la antes citada página de Internet.

«Se recomienda pasear por el núcleo urbano y visitar el museo de la isla«, es su consejo, además de recordar que hay posibilidad de alojarse in situ, si se quiere prolongar la estancia.

En el museo, hay un Sala I o Sala de Audiovisual, con documentación gráfica retroiluminada que muestra a través de fotografías antiguas a las gentes, paisajes y costumbres del enclave isleño. También, una vitrina con el título «Una isla en una vitrina», dedicada al patrimonio integral que acoge Nueva Tabarca. Por último, se emite un audiovisual «con temática basada en las relaciones del hombre y el mar a lo largo de la historia, usando como paradigma de las mismas a este pequeño espacio insular».

En cuanto a la Sala II o Sala de Exposición, alberga una muestra expositiva de carácter didáctico, acerca de todos los «notables» aspectos patrimoniales que posee la isla, desde su geografía y geología, hasta «la belleza y biodiversidad de sus aguas«, pasando por su patrimonio etnográfico y »el complejo devenir histórico que dio como fruto la configuración de un emblemático proyecto civil y militar en la España de la Ilustración«. En esta misma sala, se sitúa una naya elevada en la que se ubica un pequeño espacio multifuncional para prácticas de escolares, charlas, conferencias y otras actividades.

En el portal especializado en divulgar planes de ocio en familia agendadeisa.com, también elogian las excelencias de Tabarca, que presentan como «una Ibiza en miniatura muy cerquita de nuestra costa«.

Y recomiendan hacer un recorrido por el campo hasta el Torreón de San José y el antiguo faro, que está restaurado y alberga «un interesante laboratorio biológico« que sirve de base a la reserva marina. »Continuando con el paseo se llega al pequeño cementerio, desde donde se divisa el islote de la Nao, y que es un concurrido refugio de las gaviotas que habitan en Tabarca«.

Se trata de la única isla habitada de la Comunidad Valenciana, a once millas náuticas y cerca del cabo de Santa Pola. «En realidad más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto, además de Tabarca, por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao. Posee una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros«, reza la ficha técnica oficial, sobre su situación y características físicas.

En cuanto a sus atractivos para el turismo cultural, desde el Ayuntamiento recuerdan que «sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificar y levantar en ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka«.

De su valor patrimonial también da una idea el hecho de que las murallas que rodean su núcleo urbano han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.