Suscribete a
ABC Premium

La encrucijada del cierre de Bimbo en Alicante: «Hay familias enteras que trabajan en la empresa y muchos con hipotecas»

La compañía negocia indemnizaciones modestas o traslados a Madrid mientras la economía de toda una comarca se resentirá sin una de las pocas industrias grandes

Los precios del aceite de oliva disparan la recolección de olivos ornamentales en parques públicos

Juicio por una estafa de película: dieron el cambiazo a una bolsa con 70.000 euros por otra con papeles en blanco

Congreso nacional del PP, en directo: última hora sobre Feijóo, Ayuso y noticias reacciones desde Madrid hoy

José Luis Fernández

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El anunciado cierre de la factoría de Bimbo en El Verger sitúa en la encrucijada a muchos hogares en la comarca alicantina de La Marina Alta. «Hay familias enteras trabajando en la empresa, gente de treinta y pico años que se han comprado viviendas y tienen hipotecas, significa un varapalo importantísimo», retrata la situación María José Gómez, de Comisiones Obreras (CCOO).

En medio siglo de actividad, si la multinacional de la alimentación se borra del mapa, dejará una huella traumática en la economía local. «Tanto por los puestos de trabajo directos, los de proveedores, como porque es una de las únicas empresas un poco grandes que hay esta zona, la situación está un poco en el aire», subraya esta sindicalista que sigue de cerca las negociaciones entre los representantes de los trabajadores y la compañía.

En algunos casos especialmente desesperados, los dos miembros de la pareja están en la plantilla y sus ingresos dependen de la continuidad, porque las alternativas resultan poco viables.

«La intención que ha comunicado la empresa ha sido la de de cerrar y dejar 113 puestos de trabajo fijos en la calle; no hay motivos económicos, son un poco organizativos», relata Gómez, tras unas primeras reuniones del comité y los directivos en los que han transcendido una propuesta «floja» con ofrecimientos iniciales poco generosos: indemnizaciones de 20 días por año trabajado, el mínimo por despido, o «traslado a Madrid».

También se ha planteado seguir en otras plantas, en Guadalajara, Paterna o Barcelona, pero los representantes de la plantilla ya han anunciado movilizaciones, con una manifestación el próximo 27 de enero y siete jornadas de huelga los días 29 y 30 de enero, el 5 y 7 de febrero y el 12, 13 y 14 de febrero.

Foto histórica difundida por Juan Pedro Pachés de un autobús de la compañía Ortiz. ABC

Un desenlace que se producirá en el plazo de menos de un mes ya y que puede poner punto final a una página crucial de la historia de dos municipios, El Verger -donde se encuentra la planta de producción- y Denia, origen de su germen, la empresa familiar conocida como Magdalenas Ortiz, que en 1973 fue absorbida la multinacional británica United Biscuits. Justo una década después, se vendió a cuatro de los directivos de esta firma y en los noventa un 20% de su capital acabó en una sociedad de capital-riesgo.

En 1995, suspendió pagos y otro gigante del ramo alimentario, la española Nutrexpa, la adquirió un año después por 2.000 millones de las antiguas pesetas (unos 12 millones de euros). Finalmente, el desembarco de la mexicana Bimbo se produjo en el arranque del nuevo milenio, hasta la fecha, cuando se vislumbra el adiós por la prioridad a otras plantas, como la de Santa Perpetua, en la provincia de Barcelona, en plena polémica por el regreso o no de firmas catalanas a su territorio tras el éxodo por el procès.

Un final triste para una historia que se gestó por el empuje aventurero de un emprendedor llamado José Ortiz Savall, apodado con el «malnom» («mal nombre, en valenciano») de 'Mamó', tal como relata Vicent Balaguer en su libro 'Dénia en la postguerra: Vivències i documents', difundido en redes por Juan Pedro Pachés.

A los ocho años ya vendía pan por las calles junto a su hermana Rita, de doce años, antes de entrar a la escuela, recién sacado del horno familiar. Luego aprendió el oficio en otro negocio de panificadora y convenció a regañadientes a su padre para industrializarse. Negociante infatigable, traspasó un bar y otros negocios, arrancó de cero tras separarse de su mujer y dejarle todos sus bienes, emprendió otras actividades en Valencia, Algeciras, Ceuta, Tánger e incluso Argelia, como un 'pied noir', antes de su regreso a Denia, donde llegó a dar trabajo a 400 personas, antes de la venta de la firma Ortiz, a mediados de los años 70.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación