Los duros requisitos para contratar a camareros: «Sanciones por llevar piercing y hay que maquillar los tatuajes»

Es lo que plantea un listero, un encargado de un grupo búsqueda de personal para la hostelería, con el fin de dejar claro a los aspirantes si pueden optar o no al puesto, entre otras exigencias. Una propuesta que el influencer valenciano Jesús Soriano ha comentado en un vídeo en su cuenta @soycamarero en la red social X advirtiendo de que «algunas cosas son ilegales» y, en concreto, que «no se puede sancionar económicamente» por llevar piercing.

Además, el nivel de minuciosidad llega al punto de que ya advierte de que no acepta usar «tiritas» para camuflar los tatuajes.

En esta relación de condicionantes para trabajar, también se estipula (para ellos) ir «afeitado o con la barba arreglada», lo que no parece mal a los internautas, no tanto, en cambio, lo de peinarse con un corte o estilo «tradicional», algo ya más subjetivo y que suscita ciertas mofas, como si hubiera que imitar a los antiguos romanos u otra época anterior, en la que los hombres llevaban el pelo largo. Y donde la cosa ya causa cierto asombro: «Llevar moño» o prohibidos los «degradados o mechas», en el caso de las mujeres.

«Necesitamos una foto de cara y otra de cuerpo de todas las personas que quieran trabajar» advierte, además, este reclutador de personal, con un tufillo evidente a prejuicios por el físico de las personas.

Ante este retrato robot de lo que podría definirse un camarero bien presentado, según estos cánones, las reacciones son numerosas. «Lo de los tatuajes es ya un poco del siglo pasado, ¿no?», critica un lector, en la línea de otro que va más lejos y opina que «eso es del siglo XVIII» u otro de espíritu liberal que se pregunta: «¿Los tatuajes en qué afectan al servicio? A mí me da igual que lleven 'tatus', me fijo en otras cosas, sobre todo en el trato... lo demás me es igual».

En general, en este hilo en X sólo se muestra sintonía con las normas que tienen que ver con un aspecto aseado y un comportamiento sin excesos, apelando al «decoro», pero no con el resto de requisitos. «Lo del uniforme y el consumo de alcohol lo veo lógico. El resto me da mala espina, quieren clones aborregados. Priorizar la imagen por encima de la capacidad de trabajo, más el resto de «normas sancionables» para mi dice mucho y nada bueno», analiza alguien, mientras otros comparan con que «ni para la Gestapo pedían tantas restricciones» o evocan la dictadura franquista: «Antes de cada turno se cantará el cara al sol y se rezarán tres ave marías» y también «quiero gente de hace 50 años, que rinda como si tuviera 50 años menos y que cobre en pesetas como hace 50 años y la cantidad de hace 50 años. Si cumples las condiciones, el Generalísimo te dará el visto bueno y serás camarero profesional. ¡Todo correcto, mi general!»

En la misma línea de comparaciones, otros internautas aseguran que ese mismo tipo de condiciones de acceso les exigieron para alistarse al Ejército en 2003 o en el sector de los cruceros.