La dimisión de la directora del IVAM aboca al museo valenciano a otra etapa de desconcierto

Nuria Enguita accedió a la cúpula del IVAM en septiembre de 2020 después de concurrir a un concurso internacional en el que fue la única candidata. El reconocido museo se queda, justo en su 35 aniversario, sin ninguna de las dos figuras que componen el liderazgo bicéfalo por el que se apostó en la ley que rige el funcionamiento de la institución, aprobada en 2018. Tiene también vacante el puesto de gerente al no renovarse el contrato a Sergi Pérez en julio y haberse declarado desierta en noviembre la nueva convocatoria, pues se consideró que ningún aspirante cumplía los requisitos. El proceso se volvió a reanudar el mes pasado. Esta nueva crisis en el seno de la entidad rompe la calma que había adquirido tras la sonada salida del anterior director, José Miguel García Cortés, y las causas judiciales abiertas por la gestión de Consuelo Císcar.

En un escrito remitido a los medios, Nuria Enguita señaló que había comunicado su renuncia al vicepresidente primero de la Generalitat y conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera (Vox), ante la denuncia formulada por el Ejecutivo autonómico y «los continuados ataques contra mi persona basados en información falseada».

«Es evidente que no cuento con el apoyo del Gobierno valenciano», explicó la curadora e historiadora del arte, con tres décadas de experiencia, que ha decidido tomar esta decisión «para evitar más perjuicio al museo». En ese sentido, sostuvo que «la institución está en su mejor momento de los veinticinco últimos años», por lo que «no parece casualidad que los malintencionados ataques contra mi persona coincidan con el momento de máxima visibilidad social».

«El trabajo de recuperación con el que inicié mi dirección está encauzado, ahora son los equipos responsables y la ciudadanía quienes han de defender las instituciones, ante la fragilidad a la que son sometidas por los intereses político-mediáticos», aseveró Enguita. «En estos cuatro años, con la entrega y el entusiasmo de muchas personas hemos conseguido algunos objetivos nada desdeñables. Quiero dar las gracias a todos los que han colaborado con el IVAM y, muy especialmente, a mi equipo más cercano por su magnífica profesionalidad», zanja el comunicado.

La máxima responsable del museo estaba en el punto de mira desde que trascendiera la cesión gratuita de unos terrenos de monte inculto y bajo valor catastral a una entidad sin ánimo de lucro, impulsada por el comisario de arte y exdirector de la Tate Modern de Londres Vicente Todolí.

La donación a Todolí Citrus Fundació -dedicada al estudio de la citricultura- de dos parcelas ubicadas en el municipio alicantino de La Vall de la Gallinera, se formalizó en junio de 2022, dos años después de que Enguita accediera a la institución pública. Ella misma defendió que no fue una cesión a una persona física y que todo se enmarcó en un proceso de micromecenazgo en el que participaron más de 25 artistas.

Desde que el nuevo Gobierno de PP y Vox accediera al poder en julio, las relaciones del IVAM con la Conselleria de Cultura, en manos de la última formación, se habían desarrollado con normalidad. De hecho, el lunes de la semana pasada Enguita mantuvo una reunión de trabajo con el vicepresidente Barrera, a cuyo equipo pillaron por sorpresa las revelaciones publicadas en los medios. Ayer, se limitaron a apuntar que respetan la decisión y «agradecen su forma de trabajar y la colaboración durante estos meses».

«Se va porque quiere, responde por sus actos y nadie en esta Conselleria le ha invitado a marcharse. Nos hemos regido por las indicaciones de la Abogacía de la Generalitat y estamos auditando todo el sector público instrumental», aseguró el vicepresidente a última hora de la tarde.

Nuria Enguita y Vicente Todolí trabajaban juntos como directora y asesor, respectivamente, en el centro Bombas Gens en Valencia. Anteriormente, ya habían coincidido en el IVAM como conservadora y jefe artístico. El órgano de selección que eligió a esta profesional para dirigir el museo estuvo formado por cuatro expertos en la materia, dos representantes de la sociedad civil y dos de la Administración autonómica que gestionaban entonces PSPV, Compromís -al frente de Cultura- y Unides Podem.

Así se establece en el Código de Buenas Prácticas en la Cultura Valenciana que la izquierda implantó en 2015 para guiar los procesos de selección en las cúpulas de las instituciones públicas de la región. Entre los expertos se encontraban Todolí o el exdirector del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel. El jurado validó el proyecto de Enguita para ponerse al frente del espacio tras haber iniciado su carrera en el IVAM y haber dirigido también la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona.

Ese código sin carácter normativo o vinculante está en el punto de mira de los nuevos gestores. Precisamente, este miércoles Barrera aludió a los anteriores gobernantes como responsables de lo que considera un caso heredado y les exhortó a dar las explicaciones oportunas para esclarecer los hechos.