Despiden a la encargada de un bar que sufrió quemaduras graves: «No me preguntaron si podía caminar»
El influencer de los camareros difunde la estremecedora experiencia de una encargada de un establecimiento de hostelería que sufrió un accidente laboral
«Ayudante de camarero con inglés, alemán y ganas de trabajar por 4,95 euros la hora»: una oferta laboral que las redes condenan
Las imágenes «sensibles» difundidas por el influencer valenciano Jesús Soriano de las quemaduras de una trabajadora del sector hostelero que sufrió quemaduras.
Las imágenes pueden ser más elocuentes que muchas palabras para denunciar un trato inhumano, como ha demostrado el influencer valencianoJesús Soriano al difundir el caso de una trabajadora de un establecimiento hostelero que sufrió graves quemaduras en la cocina y luego ... fue despedida después de recibir el alta médica.
El relato en primera persona de la afectada resulta estremecedor. «Estuve trabajando en un restaurante, como encargada, donde también hacía preparación de cocina como jefa de sala, ya que por no contratar personal, debíamos todos cubrir turnos», comienza su narración, sobre sus responsabilidades y tareas en la empresa.
«En una ocasión, en mi preparación de cocina, se me cayó una olla de agua hirviendo encima, de unos 20 litros o más, y me quemó el pie entero», detalla, cuando sufrió el accidente laboral.
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A pesar de la gravedad del percance y de que lo comunicó a la empresa, «en ningún caso se ponen en contacto para preocuparse», una insensibilidad que siguió siendo la norma, porque se limitaron a enviar otra persona para cubrir su puesto en el turno de trabajo.
«Mientras, durante la baja, me exigen que siga trabajando, atenta a que no me falte de nada y pidiéndome bajar en algún momento para verificar cosas, cuando tenía el pie vendado», recuerda esta trabajadora.
En todo momento, se queja de un trato «con mucha superioridad y malas formas» y subraya que sólo les importa su presencia en el puesto de trabajo: «En ningún momento de la baja me preguntan cómo estoy o si puedo caminar».
El desenlace de este episodio en el establecimiento resulta demoledor: «Me dan el alta y, dos meses después, me despiden con excusas falsas».
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