Aunque la sequía generalizada y agravada en los últimos meses no afecta directamente a esta zona próxima al área metropolitana de la capital y está más localizada en otras comarcas del sur (Alicante) y del norte (Castellón), con las primeras restricciones para uso doméstico a finales del verano, la tromba que cayó el pasado 29 de octubre hubiera tenido un claro aprovechamiento si se hubiera podido almacenar.
En cambio, sólo ha traído destrucción al circular a gran velocidad desde el río Magro y el barranco del Poyo, principalmente, y acabar en el mar por las desembocaduras del Turia y la Albufera, o filtrada en el terreno en cientos de hectáreas.
Sin poder contar con esa casi incalculable cantidad de lluvia descargada en pocas horas en la superficie de varias comarcas, únicamente con los 207 hectómetros cúbicos de agua de incremento hídrico en los pantanos, habría suministro para uso doméstico en millones de hogares, con el cálculo de 133 litros por persona y día que señala el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Si se toman como referencia otras necesidades mayores, las de la agricultura, queda igualmente patente la dimensión del episodio de lluvias torrenciales de la DANA, ya que los 10.000 regantes que se abastecen del trasvase Tajo-Segura, reciben en todoS ese mismo volumen captado en los embalses del Júcar en la última semana, sobre todo, en las horas del temporal destructor.
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