El ritual del encendido ya en fechas relativamente cercanas a las fiestas ha congregado a numeroso público, como era de esperar, ya que no en vano la colonia sueca se ha convertido en una de las más numerosas entre las 122 nacionalidades de los habitantes censados como torrevejenses.
Exactamente se trata de la quinta del ránking, después de ucranianos, rusos, británicos y colombianos, y cuenta con 1.677 censados a fecha de este año.
«Simboliza el agradecimiento de la comunidad nórdica a los torrevejenses por la amistad, la tolerancia y la cálida acogida que siempre ha demostrado», han destacado desde el Ayuntamiento.
Como curiosidad, el 'mecenas' de esta tradición -Erik Persson- también regala otro árbol de Navidad a Londres, que se instala en la céntrica y conocida Trafalgar Square.
En el caso del abeto con destino español, ha viajado entre 3.000 y 4.000 kilómetros por carretera -y un trayecto corto en barco para atravesar el Mar Báltico- según dónde ha sido talado exactamente, en este país escandinavo de origen.
La ceremonia del encendido ha empezado con una misa previa en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, y el acto central ha contado con la asistencia del alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, la concejal de Residentes Internacionales, Gitte Lund, del cónsul de Suecia en Torrevieja, Björn Sandström, y el sacerdote de la Iglesia Sueca, Hakon Toresson.
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