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«Mi comentario con satisfacción cero es porque tengo hambre y el bar está cerrado»: el zasca a una clienta reincidente

El influencer valenciano Jesús Soriano reclama en redes más comprensión con los horarios para descanso del personal en la hostelería

Investigan una trama de sextorsión en una web de citas con amenazas de sicarios en varias provincias y 100.000 euros recaudados

Imagen de archivo de un camarero sirviendo consumiciones en un bar JUAN CARLOS SOLER
José Luis Fernández

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El horario de un bar difícilmente conviene a toda la clientela posible, como ha dejado patente la queja de una mujer acerca de un establecimiento, recogida por el influencer valenciano Jesús Soriano en su cuenta de X. «Reseña patética, respuesta perfecta», opina al presentarla a sus seguidores.

«Todo bien, pero qué pena el horario: siempre cerrado cuando yo quiero pedir», empieza su relato esta consumidora, disconforme y decidida a irse a otro sitio. «Tendré que buscar algún restaurante parecido, que sí abran todos los días y que cuando esté abierto, no tener que correr porque van a cerrar», advierte.

Hasta ahí, podría considerarse legítimo su malestar, por no coincidir la disponibilidad del servicio con sus necesidades. Pero a continuación, remata su mensaje en internet con su valoración negativa: «Pongo el comentario porque ya van muchísimas veces que lo encuentro cerrado justo cuando me muero de hambre y, como estoy con hambre, pongo en función de mi satisfacción, que ahora es cero», razona, sin expresarse con mucha fluidez. Como coletilla, apostilla con que «y una de las razones también es el precio, que barato no es».

La contestación desde el establecimiento puntualiza las condiciones de su actividad: «Señora, tenemos un horario de 13.00-16.00 h. y de 19.00 a 23.00 de miércoles a domingo, dos días de fiesta. Respete el descanso del personal».

Y le recomiendan recurrir a otras alternativas: «Si no es suficiente para usted, busque otro restaurante donde le den lo que busca, pero en Nori Sushi respetamos los horarios para que los trabajadores puedan tener una vida digna. Un saludo», se despiden.

En el hilo de reacciones, hay humor para opinar sobre este conflicto. «Le da hambre a las 15.45 y 22.45», apunta uno, en la línea de quien señala que «le falta decir a qué hora le entra el hambre y su problema se soluciona acostumbrándose a cenar a las nueve».

Otro internauta le aconseja una obviedad: «No tienes que correr porque van a cerrar, sólo tienes que ir dentro del horario de apertura, blanco y en botella». Y una lectora comparte su reflexión más general sobre el sector. «Lo típico, ya puedes abrir +12h diarias que se quejarán de que han venido y no estaba abierto. Quieren esclavos que si les da hambre a las 3 de la madrugada tengan algo abierto para ellos solos», sentencia.

En el hilo también se ven algunas adhesiones a la clienta, por considerar demasiado restringido el horario de este establecimiento y señalar que podría contratar a más personal, si es necesario.

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