«Los clientes deben respetar más los horarios»: el corte de un hostelero a un comensal tras no querer atenderle

Según recoge la captura que ha publicado 'Soy Camarero' en sus perfiles de Twitter, Facebook e Instagram, que aglutinan a más de 600.000 seguidores, un comensal escribió una queja acompañada de una calificación de una estrella contra un local que no les dio mesa para comer.

«Hoy domingo era la primera vez que íbamos, no hemos podido probarlo, ya que hemos llegado a las 15.55 horas, que salíamos de trabajar y al sentarnos, una chica nos ha dicho que cerraban a las 16.30 horas y que no nos podían atender», relata el cliente. «En el local solo había cuatro mesas ocupadas», añade en su reseña.

En menos de media hora, el hostelero señalado no dudó en contestarle de manera educada y conciliadora, aunque dejando claro por qué no podían ofrecerle servicio dentro del local. «Buenas tardes, a partir de las 16.00 horas no atendemos más en sala porque nuestros empleados terminan la jornada a las 16.30 horas», comienza.

«Te ofrecimos la posibilidad de preparar para llevar, opción que rechazaste», prosigue. A continuación, el propietario del restaurante le hace una reflexión sobre su comportamiento y el de gran parte de los clientes que recibe: «Creo que entre todos, tanto hosteleros, propietarios, trabajadores y sobre todo clientes, tenemos que empezar a respetar un poco más el oficio de la hostelería respetando los horarios y las condiciones laborales».

Remarca que ellos «intentan respetar y cumplir los horarios marcados» con sus empleados; no obstante, invitan al cliente de nuevo para que «pueda venir a probar y poder dar una opinión real del producto».

«Hoy mismo diez segundos antes de la hora de cierre (anunciada además en un cuadro horario en la puerta del local), van y entran cinco personas, a las que por supuesto hay que atender. Además con la frasecita de en mi reloj. Resultado: salimos 50 minutos más tarde de nuestra hora», explica otra usuaria.

La gran mayoría de tuiteros coinciden en que esta situación «es muy habitual» en hostelería. El propio Jesús Soriano denuncia que «a todos nos gusta terminar de trabajar a nuestra hora» y que «un poco de empatía no vendría mal» para favorecer la conciliación de los trabajadores, tanto en este sector como en cualquier otro que implique una labor frente al público.