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Los cinco pueblos más bonitos de Alicante, según National Geographic

El portal de referencia mundial para conocer las riquezas naturales del planeta divulga los atractivos de la Costa Blanca

Los cinco pueblos más bonitos de la Costa Blanca de Alicante

Rincones del litoral de Xàbia (Alicante). JUAN CARLOS SOLER

D. A.

ALICANTE

Un portal de referencia para las consultas acerca de las riquezas naturales de todo el planeta y, en consecuencia, una guía útil antes de viajar a cualquier destino si se quiere contemplar la belleza del paisaje, National Geographic, tiene escogidos cinco pueblos de Alicante por sus características especialmente atractivas.

En su apartado de «viajes» dentro de su web, figuran en estos momentos cinco rincones que llevan décadas encandilando a millones de visitantes de infinidad de países. En algunos casos, incluso los han elegido como lugar de residencia estable.

Según sus rigurosos criterios, estos son los cinco pueblos más bonitos de Alicante:

Contraste de paisajes con barcos y sierra al fondo, en Xàbia. JUAN CARLOS SOLER

Xàbia

Situado junto al Cabo de San Antonio, uno de los miradores más espectaculares del Mediterráneo, este municipio ofrece «luz y colores» que «quedaron plasmados en los cuadros del pintor valenciano Joaquín Sorolla cuando lo visitó por primera vez en 1896, tal como resaltan desde National Geographic.

Ofrece playas como la del Portitxol y la cala Blanca, un casco histórico de casas blancas también, y patrimonio como la Iglesia-Fortaleza de San Bartolomé, el Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco y el Mercado de Abastos. Y se puede disfrutar de la gastronomía local en la zona portuaria.

Casas blancas en Altea. JUAN CARLOS SOLER

Altea

También por el paladar seduce otro de estos pueblos alicantinos seleccionado en este ránking, Altea, donde «hasta hace poco, la calle del Sol todavía olía a pescado y a saladura y de las puertas colgaban cortinas negras, indicando que se estaba en el barrio marinero«.

Recomienda perderse por ese barrio de El Fornet, de suelos empedrados y paredes con flores (geranios, jazmines y buganvillas). Como posibles lugares de interés desde el punto de vista arquitectónico, Nuestra Señora del Consuelo, la Torre de Galera y la de Bellaguarda y los accesos de Portal Nou y Portal Vell. El rico entorno natural no desmerece tampoco, con vistas panorámicas de las sierras de Aitana, de Bèrnia, el Puig Campana, la Punta de l'Albir, el Morro de Toix y el Penyal d'Ifach, ambos en la vecina Calpe.

Una calle decoarada en Biar. JUAN CARLOS SOLER

Biar

Como todo no va a ser costa y playas, en esta antología alicantina también hay un repaso al fecundo interior de la provincia, por ejemplo, con Biar y su bien conservado castillo a 750 metros de altitud, una fortaleza erigida sobre la roca en el siglo XII.

También puede interesar el Santuario de la Mare de Deu de Gràcia, su acueducto medieval y los pozos de nieve en las cumbres de las montañas, tecnología anterior a las neveras para la elaboración de helados artesanos. Hay yacimientos prehistóricos, la Cova Negra, así como otras fortificaciones que han inspirado curiosas leyendas.

Acceso a Castell de Guadalest. JUAN CARLOS SOLER

Guadalest

Unos de los municipios que más turistas recibe en toda España cada año, Guadalest, posee múltiples argumentos para estar esta lista. En National Geographic ponen de relieve que su acceso es un túnel que «cuenta al visitante cómo este pueblo esculpido en peñones fue moldeado por la mano del hombre y por la fuerza de la naturaleza«.

Cuenta con un blanco campanario y el castillo de la Alcozaiba, de origen medieval, lo circundan la Sierra de Xortà y Serrella, entre otras. Su paisaje de contrastes entre los colores pardos y verdes de las pinadas y el azul turquesa del embalse situado a los pies de este pueblo encaramado a un montículo de roca da juego para reportajes fotográficos inolvidables.

De su patrimonio histórico, destacan la curiosa prisión medieval y la casa de los Orduña.

Bañistas en la isla de Tabarca. JUAN CARLOS SOLER

Tabarca

Sobre la isla poblada más pequeña de España, Tabarca, en National Geographic ponen de relieve que se trata de un archipiélago de cuatro islotes: la Isla Plana (o Tabarca), La Cantera, La Galera y La Nao. Una puntualización que aun convierte en más atrayente la excursión en barco para conocer el conjunto.

¿Más argumentos? Está reconocida como Conjunto Histórico-Artístico, la primera Reserva Marina de todo el territorio español, y Zona de Especial Protección para las Aves. Para llegar allí, se pueden disfrutar de las vistas navegando desde la ciudad de Alicante o desde Santa Pola, Benidorm o Guardamar del Segura.

Como sugerencias, se puede recorrer el pueblo fortificado de San Pedro y San Pablo, su iglesia y la Torre de San José, el Faro o el Museo de Nueva Tabarca. Sin olvidar sus «numerosas calas y playas« o los restaurantes.

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