La «odisea» de un grupo de españoles atrapados en el aeropuerto de París: «Nos sentimos como ganado»
Un problema técnico en el avión que tenía que llevarlos hasta Alicante este jueves ha convertido el regreso a casa en una carrera de obstáculos
VALENCIA
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Iniciar sesiónLa estancia en París de alrededor de doscientas personas ha acabado convirtiéndose en un quebradero de cabeza: en pocos minutos pasaron de las luces de la Torre Eiffel y Disneyland a las sombras del aeropuerto.
El vuelo de vuelta a Alicante tendría que ... haber despegado este jueves a las nueve y veinte de la noche. Cuando los pasajeros ya habían embarcado con retraso y se disponía a despegar, el piloto comunicó por megafonía que el avión presentaba un problema técnico. Eran pasadas las once, casi la hora a la que estaba previsto el aterrizaje en el aeropuerto Alicante-Elche, cuando Vueling decidió cancelar el trayecto. Un lapso temporal en el que los viajeros permanecieron en el interior de la cabina.
Ahí empezó su periplo por la terminal de Charles de Gaulle, con el malestar y la tensión en aumento, y con el equipaje a cuestas. Los primeros realojos en hoteles no llegaron hasta las dos de la madrugada. Pero no había habitaciones para todos, por lo que, tras alojar a las familias con niños, algunos pasajeros han tenido que pasar la noche en el mismo recinto.
La promesa de reubicarlos a todos en un vuelo programado a las diez de la mañana de este viernes tampoco se ha cumplido ante la desesperación de los afectados -embarazadas o diabéticos sin medicación, entre ellos-, que denuncian que solo se les ha facilitado un cupón de seis euros para comida y bebida por parte de la compañía aérea cuando ya habían pasado el control y no se les permitía salir de la zona de embarque. Finalmente, el vuelo ha despegado a las 16:24 h hacia su destino, donde ha aterrizado a las 18:05h.
Una «odisea» de más de veinte horas, como relata a ABC Óscar, uno de los afectados. De hecho, ya han creado un grupo de Whatsapp para organizarse y presentar ante Vueling una avalancha de reclamaciones por «daños y perjuicios»: quien no ha faltado al trabajo, ha perdido otros vuelos de enlace.
Él mismo, cuenta, ha dejado de ingresar dos espectáculos que tenía contratados como Mag Malastruc. Para quitar hierro al asunto, Óscar ha ido contando su experiencia en su cuenta de Instagram (@magmalastruc) y se ha dedicado a hacer trucos a los niños, conscientes de una situación «caótica». Pero bromas pocas. Lo peor, incide, han sido las «faltas de respeto» y «sentirnos como ganado y delincuentes» ante la falta de información y el incumplimiento de los protocolos.
«El personal de tierra no sabía que hacer. No nos hablaban en español, a pesar de que lo conocían», asevera. Incluso, apunta, se ha producido algún enfrentamiento en el que ha tenido que mediar la Policía francesa. También los servicios médicos han atendido a una mujer tras sufrir una crisis de ansiedad como consecuencia de todo lo ocurrido. Un viaje que tardaran en olvidar.
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