No obstante, en algunos de ellos se percibe cierto toque humorístico que ayuda a relativizar este incipiente conflicto entre hostelero y cliente. Por ejemplo, el del último caso publicado por el influencer valenciano Jesús Soriano, conocido por su perfil @soycamarero, en el que un usuario de un bar se queja por el trato recibido y por el precio de un café.
«2,3 euros por un café y encima mal puesto, me río yo de Oceans Eleven, la mayor estafa de mi vida», escribe este cliente en una reseña del bar en su página de Google. Junto a una calificación de sólo una estrella de cinco, remata su crítica con una contestación, sencillamente, escatológica: «Eso sí, el baño muy bonito, se planta un pino muy a gusto».
Ante tal comentario, el propietario del bar inicia su réplica dándole las gracias y manteniendo un tono educado. «Agradecemos tu sinceridad y por lo menos nos alegramos de haber podido satisfacer una necesidad tan importante», bromea sobre el 'regalo' que le había dejado este cliente en su baño.
«Tomamos nota por lo otro que nos dices, un abrazo», finaliza el mensaje. Una conversación que @soycamarero ha compartido junto a tres emoticonos de risa y que ha derivado en otros dos debates: la polémica de las reseñas y el precio de dicho café.
«Qué mal están haciendo las reseñas de mierda de Google, por cualquier cosa a llorar. Una batalla perdida, es un estercolero donde sonarse», comenta un seguidor del influencer valenciano. «2,30 euros por un café es para cagarse, sí». contesta otro usuario, al que le contestan con un «no sé qué establecimiento de los que tiene será, pero en Madrid centro, 2,3 por un café es hasta barato».
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