Una madre y su hija se enfrentan a cárcel acusadas de descuartizar a su casero y quemar sus restos

Un jurado popular juzgará en la Audiencia Provincial de Valencia, a partir del próximo lunes y durante cuatro días, a una madre, a su hija y a las respectivas parejas de ambas acusadas de matar al casero de la casa en la que vivían, descuartizar su cadáver y trasladarlo hasta un paraje donde lo habrían quemado y abandonado.

Los hechos ocurrieron en la vivienda del fallecido, ubicada en el barrio valenciano de la Fuensanta, donde la madre y la hija ocupaban una habitación. El tribunal deberá decidir si los cuatro encausados, con la intención de acabar con la vida del casero, con el que las mujeres no mantenían buena relación, le golpearon en la cabeza cuando se encontraba durmiendo en el sofá de la casa, y le causaron la muerte.

A continuación, según el relato que ofrece la Fiscalía, habrían descuartizado el cuerpo y, «tras meterlo en bolsas y cajas», lo habrían trasladado hasta Gestalgar, para quemarlo y abandonar los restos. Además, el jurado determinará si, los meses posteriores, los procesados intentaron sacar dinero con la tarjeta de crédito del fallecido sin conseguirlo, o si usaron la misma para realizar compras online.

También si realizaron un contrato falso de arrendamiento de la vivienda a nombre de un supuesto arrendador, que había fallecido cerca de dos años antes. La Fiscalía califica los hechos como constitutivos de los delitos de asesinato, profanación de cadáver, falsedad en documento privado y delito continuado de estafa.

De los huesos calcinados hallados se creyó, en un principio, que eran del cadáver de una mujer. Sin embargo, el análisis de una prótesis de titanio -marcada con un número de serie- que tenía implanta la víctima llevó a identificar al verdadero fallecido, cuyo análisis de ADN resultaba prácticamente imposible por la acción de las llamas.

La víctima había sido arrestada y puesta en libertad varios días antes, acusado de amenazas graves, tras la denuncia de su inquilina. La investigación de la Guardia Civil, bajo secreto de sumario, apuntó por aquel entonces a la mala relación como el detonante del homicidio.