«Barato me parece»: la ingeniosa explicación de los servicios incluidos al pagar 1,30 euros por un café
Un cartel de un establecimiento de hostelería hace reflexionar en redes sobre los costes reales de una consumición mínima y los internautas relatan sus vivencias
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Vista parcial del cartel difundido por el influencer valenciano en redes sociales, con la original 'oferta del día' de un café con los servicios incluidos.
El precio de un café llegó a convertirse hace unos años en debate nacional porque el entonces presidente del Gobierno -José Luis Rodríguez Zapatero- quedó en evidencia al no saberlo porque sólo tenía como referencia los 80 céntimos de la cafetería del Congreso ( ... tarifa diputados). Ahora, un cartel en un establecimiento hostelero pone de actualidad el tema con una ingeniosa lista de servicios incluidos.
Con el título sugerente de 'Oferta del día', para atraer la atención de la clientela, este profesional del ramo aprovecha para enumerar todo lo que pone a disposición de quien hace esa consumición mínima.
Café con leche, vasito de agua, vaso para enfriar, otro azucarillo, servilletas, cucharilla y plato, prensa del día, charla psicológica, TV gratis (50 canales), wi-fi, cotilleos varios, información, y apostilla con un elocuente «todo por sólo 1,30 euros».
Fácil parece empatizar con el regente de este negocio, ya que evidentemente, todos esos podría decirse que «extras» a la taza de café entrañan otros tantos gastos o dedicación de un tiempo por su parte. Está claro que se trata de costes compartidos por todos los consumidores, pero de alguna manera hay una parte proporcional en cada pedido.
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Por eso, el influencer valenciano Jesús Soriano, opina en este post en X (antes Twitter) lo que la mayoría: «Barato me parece», y el primero en reaccionar al hilo le corrige, «baratísimo».
Nadie lo cuestiona y algunos relatan sus propias experiencias, abundando en esa idea de que el personal de una cafetería también acompaña, no se limita a servir la comanda sin más. «A mí hace tiempo me compensaba ir al bar a tomar infusiones, era más barato hablar con el camarero que una terapia psicológica. De hecho, lo hacía mejor que mi psicóloga…», comenta con humor un internauta, con una posdata igual de cómica: «Él también me contaba su vida».
Incluso añaden más prestaciones a esa lista. «Que apunte servicio de WC y aire acondicionado o calefacción, según el tiempo, y casi lo tendríamos todo», apunta otro lector de este hilo, mientras otra eleva el listón ya casi al infinito: «Pues como mi Argimiro. Pero él, además, nos hace un chequeo médico: huy, qué pálida estás hoy, siéntate junto a la ventana para que te dé el sol; huy, hoy tienes ojeras, no has dormido bien, te pondré un solo cargadito; huy, esos coloretes dicen que Carlitos ha vuelto. Un vinito».
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