Una adquisición por más de dos millones de euros que se hizo a través de una sociedad -Costera del Glorio- administrada por Joaquín Barceló 'Pachano', amigo íntimo y testaferro confeso de Zaplana. Según los investigadores, fue una de las firmas utilizadas para adquirir bienes con dinero procedente de las mordidas por el amaño de la privatización de las ITV y los parques eólicos de la Generalitat Valenciana.
Torres trabajaba entonces como arquitecto para Urbanizadora Somosaguas, del constructor fallecido Luis García Cereceda, que recompró el mismo inmuble poco después por más de cuatro millones de euros. Zaplana, ha resumido, «ganó dinero en poco tiempo sin añadir valor».
«No quiero más líos», ha señalado al inicio de su comparecencia. «Me arrepiento tanto de haber trabajado para esa familia -en referencia a Cereceda-, porque no me ha dado más que problemas», ha afirmado. «Boicoteó todos mis proyectos y tuve que cerrar mi estudio». «He pasado penuria, acoso, me han espiado y chantajeado y estoy completamente atemorizado», ha aseverado, sin dar más detalles.
Torres desarrollaba proyectos en la urbanización y conocía a Zaplana con anterioridad, pero trató los asuntos relacionados con la vivienda a través de «secretarios, empleados, intermediarios o amigos» del antiguo dirigente del PP. «Hacían preguntas como si fueran ellos los clientes», ha continuado. «A veces venía Joaquín Barceló y otras veces más personas que preguntaban por temas financieros», ha agregado.
Cuestionado sobre si se trataba de su testaferro, como dijo en fase de instrucción, ha matizado sus palabras: «No sé cómo lo califiqué entonces. Si lo dije así en su día, así es, quien llevase los negocios. No me pudo decir Zaplana la palabra testaferro y yo lo diría como bocazas que soy pero no tengo ni idea. Es lo que parecía».
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