No solamente puede afectar a estas empresas directamente por las exportaciones a Estados Unidos, tradicionalmente el mercado exterior más importante por la población latina y que el año pasado creció un 5%, sino también porque la respuesta europea a las medidas de Trump con la misma moneda incidirá en las importaciones de almendra desde California.
Según datos de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex), lo que más importó la UE en 2024 fue almendra sin cáscara, con un total de 926 millones de euros.
En el caso concreto del turrón, las compras de este fruto seco superan desde hace años las 100.000 toneladas anuales y superan la producción nacional, aunque el dulce de la Indicación Geográfica Protegida (IGP), la Denominación de Origen, debe contar con ingredientes autóctonos de la Comunidad Valenciana, también la miel.
En el actual contexto, han surgido ya las voces contrarias a que las autoridades comunitarias decidan aplicar a las mercancías procedentes del otro lado del Atlántico la misma penalización que ha anunciado el presidente estadounidense, por ejemplo, de la Cámara de Comercio de Alicante y de organizaciones del ramo de los frutos secos como Almendrave.
Al fin y al cabo, estas consecuencias para el encarecimiento de la producción del turrón pueden a la postre traducirse en una subida también para el consumidor final dentro de unos meses, cuando se aproximen las fiestas navideñas. Y un retraimiento de las ventas puede poner en riesgo el empleo en una actividad que generar unos 1.500 puestos de trabajo directos cada temporada.
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