LA INTRUSA
Más que un teatro
El nuevo centro cultural La Rambleta inauguró su programación con una original comedia de Yllana y más de 600 invitados en el cóctel de apertura
EL espectáculo de Yllana que inauguró La Rambleta era como trasladarse a un after con música chunda-chunda y luces de neón. O se hacía el silencio en el patio de butacas o se hacía la música que retumbaba por toda la sala. «Sensormen» es ... el nombre de esta cachondísima comedia en la que los chicos de Yllana inventan ritmos con originales instrumentos. A un novato en la materia podría parecerle un espectáculo con muchos decibelios. Pero nada ni nadie puede superar los decibelios de una mascletà. Ni siquiera unas maniobras en Afganistán. Pero a lo que iba, que La Rambleta es un nuevo contenedor cultural que irrumpe en el barrio de San Marcelino para dar cabida a creaciones teatrales y producciones emergentes. Es, además, el primer centro cultural público que gestionarán empresarios locales, entre ellos, la familia Reyna y Sadol Vedri. Ya se sabe: unos ponen la pasta, otros la casa y los demás, el bulto.
La consellera de Cultura Lola Johnson y la concejal Mayrén Beneyto respaldaron el estreno. También el notario Carlos Pascual y mucha gente de la cultura como la senadora Carmen Alborch y Josevi Plaza, la directora de Teatres Inmaculada Gil-Lázaro, Sara Pérez Roselló, el director de Kinépolis Óscar Nácher, Laura Pérez Vehí y José Luis Colvée, que acaba de presentar su última novela «El Palleter, Jaque a Napoleón».
Pero una fiesta que se precie ha de tener su representación de diseñadores, amén de cuarto y mitad de arquitectos y una pizca de empaque aristocrático, así que a la inauguración acudieron también Francis Montesinos y Amparo Chordá, los chicos del estudio CuldeSac, el arquitecto Rafael Alcón, y mujeres de bandera como Ángeles Casanova, Rosa Lladró y Ana de Miguel. Sin olvidar a artistas en diversa consideración profesional, como los actores Tonino y Empar Ferrer, los pintores Luis Lonjedo y Vicente Peris y el galerista Sergio Adelantado. La fiesta terminó a ritmo de jazz y con el cóctel que sirvieron las hermanas Jiménez de Laiglesia.
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