El censo del PSPV cae un 19% con Alarte tras perder 5.000 afiliados

Los socialistas llegan al mínimo histórico con su actual secretario general y caen en las capitales. El PP, por contra, sube un 38% en la era Camps

MANUEL CONEJOS

La sensación del PSPV de haberse alejado progresivamente de la sociedad valenciana —ratificada por los datos de las últimas citas electorales— también se traslada al menguante censo de militantes del proyecto que ahora encabeza Jorge Alarte. La situación adquiere tintes dramáticos para los socialistas si ... se compara con el creciente apoyo del que viene gozando el PPCV de Francisco Camps en los últimos años, acorde a las mayorías absolutas que ha encadenado con diferentes candidatos.

El declive en las afiliaciones de los socialistas valencianos comienza en el año 1995. Con anterioridad, la preeminencia del PSPV con Joan Lerma a la cabeza llevó al partido a superar ligeramente los 40.000 afiliados. La derrota electoral frente a Eduardo Zaplana y un fuerte desgaste en la imagen del partido —inmerso en cuestiones propias de los albores democráticos, como la definición de la personalidad del pueblo valenciano— llevó al PSPV a perder 10.000 militantes en cinco años, para quedarse en la barrera de los 30.000.

Desde entonces hasta hoy, se ha producido un goteo continuo de pérdida de militancia que en Blanquerías preocupa y mucho. En noviembre de 2004, cuando Francisco Camps llegó a la presidencia del PPCV, los socialistas tenían 28.000 militantes, y aún cayeron hasta los 26.400 cuando Jorge Alarte, a finales de 2008, tomó la riendas de la federación socialista valenciana.

Los efectos de la crisis

Los esfuerzos de Alarte por frenar esa caída se han dado de bruces con la imposición a los militantes de pagar trimestralmente por domiciliación bancaria las cuotas que, además, han subido. El resultado: muchos militantes se han dado de baja por impago, por la crisis. El censo se sitúa ahora en 21.345 afiliados (un 19% menos en la era Alarte), según los datos del proceso previo a las primarias que forzó Antoni Asunción.

Esta realidad de pérdida continuada de apoyo contrasta con los 131.000 militantes del PPCV. Los populares han logrado un 38% más de afiliaciones desde que Francisco Camps preside el partido (noviembre de 2004), ya que cuando accedió a la presidencia apenas tenía 80.000. La brecha con los socialistas valencianos se empezó a abrir en 1995 cuando el PP contaba 45.000 afiliados (15.000 más que el PSPV). Hasta ese momento, el socialismo era preeminente en la Comunidad.

En las grandes ciudades la tendencia se repite, con un importante desplome de afiliados en las agrupaciones socialistas. En la ciudad de Valencia, el candidato, Joan Calabuig, cuenta con el respaldo de una militancia cifrada en 1.762 personas, frente a las 11.517 de las que dispone su adversaria, la alcaldesa, Rita Barberá.

La inferioridad en el punto de partida de la campaña influye decisivamente en la correa de transmisión de las ideas y propuestas programáticas de cada partido. Algo que ya se pudo comprobar en 2007, cuando la alcaldesa se impuso en todos los distritos de la capital del Turia.

Alicante refleja la misma situación, con una brecha importante en favor de los populares, que tienen 14.079 afiliados —por sólo 1.175 de los socialistas—, lo que también otorga un mejor punto de partida a Sonia Castedo frente a Elena Martín.

La capital de La Plana es otro ejemplo de la abismal distancia en el interés ciudadano por participar de los dos principales proyectos políticos de la Comunidad. El alcalde, Alberto Fabra, cuenta en Castellón con 2.702 militantes, por los 540 de los que dispone Juan María Calles.

Y Elche —junto a las tres capitales de provincia, la ciudad más decisiva por el potencial número de votantes—, recoge un censo de militancia en el PP local que encabeza Mercedes Alonso de 8.600 personas, por algo más de 600 de los socialistas que lidera el alcalde Alejandro Soler.

Extranjeros afiliados

El movimiento de adhesión en el PPCV ofrece además unas peculiaridades que demuestran su mejor sincronización con la sociedad valenciana, como el fenómeno de la inmigración. En la actualidad los populares estiman que ya cuentan en sus filas con cerca de 18.000 extranjeros con derecho a voto. Así, solo el número de afiliados foráneos al PP prácticamente iguala al conjunto de la militancia del PSPV.

Con los datos en la mano, el proceso de renovación que intentó iniciar Jorge Alarte en su llegada a la dirección del PSPV (cambio de nombre por PSCV), así como la creación de estructuras alejadas de las cuotas de las distintas sensibilidades del partido, parece haber quedado abortado.

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