Vídeo: cuatro toneladas de cocaína llegan a Valencia ocultas entre folios, azúcar y pulpa de piña

Esta operación, anunciada este jueves y detallada este viernes en una rueda de prensa, se ha denominado Crankbrook Marchica , se ha saldado con once detenidos, la mayoría españoles (salvo dos holandeses y un costamarfileño), y los investigadores han destacado que personal del Puerto de Valencia, con acceso a determinadas instalaciones, hacía uso de sus privilegios o los facilitaba a terceros para acceder y recuperar diferentes partidas de droga.

Las primeras investigaciones se iniciaron el pasado abril, en pleno estado de alarma por la pandemia que, según ha explicado el teniente coronel de la UCO, Jesús García, aprovecharon las organizaciones latinoamericanas para «incrementar su actividad de cocaína a Europa» al pensar que las estructuras policiales estarían «con la guardia más baja» .

En apenas «tres o cuatro semanas», ha destacado el jefe de la Udyco central, Santos Bernal, se han incautado 3.800 kilogramos de cocaína en seis contenedores procedentes de distintos países sudamericanos.

La mercancía se transportaba en «ganchos ciegos» u oculta en las propias mercancías, como en envíos de paquetes de folios, en el interior de sacos de azúcar, en bidones de pulpa de piña, nueces de California e incluso entre el armazón de un autogiro.

La operación también se ha centrado en analizar los posibles entramados delictivos del interior del puerto y se ha corroborado que personal con acceso a distintas instalaciones portuarias facilitaba el «rescate» de la droga.

«No son trabajadores propios del puerto sino gente que tenía un vínculo, como camioneros, que metieron un tráiler en las instalaciones portuarias », ha apuntado Bernal.

Uno de los contenedores intervenidos venía de Estados Unidos con carga legal de nueces de California y fue «contaminado» en algún punto de tránsito de Panamá o Colombia, introducido en mochilas con más de media tonelada de cocaína en su interior con el método del «gancho ciego».

Otro llegó al puerto a primeros de junio, con un método más sofisticado, conocido policialmente como «empresa a empresa», en el que se fleta una mercancía entre la cual se esconde la droga aparentando una importación legal. En este caso se trataba de paquetes de folios procedentes de una celulosa en Brasil. En esta operación se produjeron dos detenciones.

Uno de los golpes más fuertes a esta organización fue en el tercero y cuarto de los contenedores intervenidos, de los que tenían pensado sacar la droga el mismo día, ubicados ambos en la terminal de tránsito del puerto y en el que accedieron en un camión remolque con la intención de violentar los precintos y extraer la droga. Fueron detenidas nueve personas y se intervinieron 5 vehículos, un camión remolque y diverso material de telecomunicaciones encriptado e inhibidores de frecuencia para burlar posibles investigaciones policiales.

Hace unos días se intervino el último contenedor, procedente de Costa Rica, con 1.862 kilos de cocaína ocultos en mochilas preparadas para su extracción en un cargamento de pulpa de piña «sin disimular entre la carga», algo «nada habitual».

La operación ha sido coordinada por el fiscal delegado especial antidroga de Valencia y llevada a cabo de manera conjunta por investigadores de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, contando con la colaboración en el interior del recinto portuario de la Agencia Tributaria, y en coordinación con cuerpos policiales de Brasil, Costa Rica, República Dominicana y Colombia, así como de Holanda, receptor de la droga.