Reservistas valencianos al servicio de España

Para muchos de ustedes, los más veteranos, el tema del artículo, la Reserva, les traerá recuerdos de la mili donde se era reservista desde el día que se estaba “Lili” -licenciado- y te daban la “blanca”, Cartilla militar de ese color donde se recogía el cumplimiento para con la Patria del Servicio Militar hasta los 38/34 años , para otros, los más jóvenes, quizás les rememore campañas publicitarias del Ministerio de Defensa, ya que no tuvieron la oportunidad de hacer ese servicio a la comunidad, derecho y deber, según el artículo 30.1 de nuestra Constitución, que era el servicio militar; pero qué significado tiene la Reserva en la Defensa de una Nación.

En otros países de nuestro entorno lo tienen muy claro, hace ya décadas Winston S. Churchill afirmaba que “ser reservista es ser doblemente ciudadano”, o en tiempos más cercanos el protagonista de la serie los Soprano, el actor James Gandolfini, reservista del Ejército de Estados Unidos afirmaba, “Yo iría a la guerra ahora mismo. Aunque sea demasiado gordo y mayor puedo conducir un camión”, y hasta incluso en películas norteamericanas aparecen frecuentemente sus reservistas -la Guardia Nacional-. O en Francia cuando en verano de 2016 tras más de un año de ataques terroristas ( Charlie Hebbo, Bataclan, Niza, etc ) su presidente Francois Hollande movilizó a 12.000 efectivos de la Reserva (entre Gendarmerie -su Guardia Civil- y el Ejército).

El reservista ha existido desde siempre, una de las definiciones modernas, aunque no le hace suficiente justicia, es el de “militar a tiempo parcial”, pero que de forma más extensa se podría definir como aquel ciudadano cuya profesión ocupacional no es la milicia pero que siente tal vocación por la carrera de las armas y compromiso por la comunidad, que cuando su Patria le reclama deja todo el normal devenir de su vida, su familia, su ciudad, su trabajo, para vestir el uniforme y acudir al puesto de mayor riesgo y fatiga, y como escribe ese gran erudito que es Miguel Alonso Baquer General del Ejército Español, uno de mis Maestros en el Doctorado, los reservistas “son fiel reflejo del binomio Fuerzas Armadas-Sociedad civil”

Ya desde tiempos inmemorables en el ejército romano, en el que estaba establecido el Servicio Militar con una duración aproximada de 20 años en la época de Augusto , en épocas de crisis los veteranos eran movilizados. Pero pronto, ya en el siglo III, empezaron a aparecer iniciales señales de feudalización del Imperio que en el aspecto militar consistió en que los romanos se fueron desentendiendo de las obligaciones colectivas del Imperio en favor de las necesidades exclusivas de los grandes propietarios, que mediante el pago del aurum tironicum libraba a sus trabajadores de la prestación militar, y así le permitía crear sus propias fuerzas particulares de seguridad.

Ya en época visigótica se fue estableciendo un sistema de reserva o milicia (bajo la autoridad de señores o del propio rey, y en épocas posteriores medievales de los concejos) como fuerza no permanente, que debía actuar en ocasiones de emergencia y en apoyo del ejército, ante la llamada de bocinas, cuernos o caracolas (iussit intunare buccinis, vibrare hastas), debiendo acudir todo el mundo sin excepción en un radio de algo menos de 200 kilómetros, al lugar atacado. Fue así como el rey Wamba al dictar en el año 673 su ley De his qui ad bellum non vadunt (De aquellos que no van a la guerra) reformó el ejército visigodo. En esta reestructuración se daba por supuesto que el ejército permanente era insuficiente para hacer frente a todas las amenazas, por eso se exigía Nobles y Eclesiásticos contribuir con sus recursos, y a los Propietarios con al menos el 10% de sus siervos y los Hombres Libres con su propia persona; de tal forma pudo movilizar 110.000 hombres además de los entre 15.000 a 25.000 soldados que formaban el ejército permanente.

Anteriormente a esa ley de Wamb a, e inspirándola, el rey Recesvinto había dictado otra norma general, aunque sólo aplicable a los visigodos llamada Liber Iudiciorum o Lex gothica en el año 654, que daría lugar al medieval Fuero Juzgó, y que en su título II del libro IX se denominaba “De los que no van en la hueste e de los que fuyen dela”, incluyéndose en su artículo octavo la obligación de acudir a la movilización general.

Y claro está, si hablamos de movilización, reserva o milicia, ya en la Edad Media, y lo ubicamos en el Cap i Casal del Regne de Valencia, tenemos que hablar de la histórica Compañía de Ballesteros del Glorioso San Jorge, llamada popularmente después el Centenar de la Ploma, cuyos orígenes se remontan, parece ser, a la época de la misma reconquista de Valencia por Jaime I en 1238 . También este mismo rey en la década de los 60 del siglo XIII, creó el núcleo de otras futuras milicias cuando dispuso la exención de impuestos reales a los ciudadanos que estuvieran dispuestos con cabalgadura y armas para movilizarse con el ejército al ser requeridos, debiendo pasar revista anual ante el Batlle.

Otro episodio de milicia urbana en Valencia, movilizada en esta ocasión para hacer frente a la amenaza de la piratería Berberisca frente a nuestras costas, tuvo lugar entre la segunda y tercera década del siglo XVI cuando se armaron los gremios y formaron la Germanía, con la inicial autorización del rey pero con un desenlace tan triste que terminó en una guerra civil.

Más adelante al inicio del siglo XIX fue cuando con motivo de la sublevación contra el invasor francés, y ante la incapacidad o connivencia de las autoridades con él, el pueblo se movilizó y cual reservistas-milicianos (ciudadanos con uniforme) actuaron haciendo frente a la maquinaria bélica más perfecta de la época -la Grande Armée-, y un simple Palleter, el paiportino Vicent Doménech le declaró la guerra a todo un Emperador, Napoleón Bonaparte, provocando el alzamiento de Valencia justo un dia 23 de este mismo mes de mayo, movimiento liderado por el Padre Juan Rico, el Capitán Vicente González y los hermanos Bertrán de Lys.

Y para no cansarles excesivamente con multitud de datos y episodios históricos de la Reserva y las Milicias, comentarles que casi a mitad del siglo XIX, en 1844 y según datos de la Gaceta oficial existían en el reino de Valencia 7 regimientos de Infantería de la Reserva. Después con la instauración del Servicio Militar se fue regulando en sucesivas leyes el concepto de la Reserva, así la ley de Reemplazo de 26 de junio de 1867 que recogía el concepto de la reserva, establecía que tras 4 años de servicio activo, habría 4 años más de primera reserva y otros cuatro más en segunda reserva.

En la Primera Repúblic a se produce la abolición del Servicio Militar por el sistema de quintas pero no de la Reserva, pues mediante la Ley de 17 de febrero de 1873, se conformó un Ejercito Activo de voluntarios y uno de Reserva obligatorio, aunque durará poco, y se volverá al sistema antiguo con la ley de 1877; posteriormente y tras casi media docena de leyes de servicio militar, alcanzamos 1968 con la ley número 55 de 27 de julio, en la que se regulaba que tras cumplir el periodo de disponibilidad y de cumplimiento en filas, se pasaba a estar en situación de reserva hasta los 38 años (a los 18 años desde que se ingresaba en la caja de reclutas). Posteriormente con la Ley 19/1984, de 8 de junio del Servicio Militar, la duración de la mili disminuyó y la situación de reserva pasó a durar 14 años, esta norma sería sustituida por la Ley Orgánica 13/1991, de 20 de diciembre, del Servicio Militar, para finalmente quedar derogada la mili según la disposición adicional 13 de la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, fijando la fecha de 31 de diciembre del año 2002 como momento último de la prestación del servicio militar, regulada por la anterior Ley Orgánica 13/1991. Aunque posteriormente por el Real Decreto 247/2001, 9 de marzo, se adelantó la suspensión de la prestación del servicio militar en un año.

En esa misma Ley 17/1999, en su artículo 163 se clasificó a los Reservistas en tres categorías , Temporales, Obligatorios y Voluntarios, dejando la ley 39/2007 de Carrera Militar sólo los dos últimos, Obligatorios y Voluntarios; los primeros, para casos extraordinarios, y los segundos, los que de forma ordinaria, anualmente, cubren las plazas convocadas por el Ministerio de Defensa, para ser cubiertas por ciudadanos (no militares profesionales) que ejercen, como ya hemos dicho, su constitucional derecho de defender a España según su artículo 30, aportando a la Defensa Nacional sus conocimientos y experiencias profesionales del mundo civil.

Es así como llegamos hasta nuestros días con la celebración del día del Reservista Voluntario con la que iniciamos el artículo, una buena forma de “calentar motores” en el mes que celebramos el Día de las Fuerzas Armadas en el que se realizarán diferentes actividades los días 19 y 20 de mayo principalmente, en diferentes acuartelamientos.

Y ya para finalizar darles unos datos sobre estos ciudadanos de uniforme, en la provincia Valencia hay 185 Reservistas Voluntarios adscritos a los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, Ejército de Tierra, Armada y Ejército del Aire, y en la última convocatoria del 2017 se presentaron un total de más de 16 aspirantes por plaza convocada, siendo sólo los candidatos de la provincia de Valencia suficientes para cubrir el 70% de las plazas para toda España, prueba de la histórica e íntima comunión de los valencianos con su Ejército.