REDIT, el ágora de la innovación tecnológica de la Comunidad Valenciana

El ‘leitmotiv’ de REDIT se basa en poner en valor y externalizar el modelo valenciano de centro tecnológico: un sistema de apoyo a la innovación empresarial que, según describe la propia asociación, se adapta «perfectamente al tejido industrial autonómico y nacional», formado, en su gran mayoría, por pymes y micropymes, disgregadas geográficamente y con una considerable diversificación sectorial.

Según explica el director general de REDIT, Gonzalo Belenguer, durante una entrevista con ABC , los centros tecnológicos que conforman la red se han consolidado como «grandes aliados estratégicos» de las empresas de la Comunidad Valenciana . Define la alianza como «un agente especializado» que ocupa un «espacio intermedio» entre el conocimiento basal y el mundo empresarial, al mismo tiempo que ejerce de «coordinador y cohesionador» de las políticas, iniciativas y proyectos de cada asociación integrada.

Los once centros tecnológicos -algunos con más de cincuenta años de actividad- que aglutina REDIT pertenecen a los principales sectores productivos, así como a diferentes ámbitos de conocimiento y tecnologías de aplicación multisectorial, tanto a nivel autonómico como nacional e internacional. Incluso, algunos de estos institutos han llegado a trabajar con la NASA , desarrollar energías alternativas a partir de la savia de las plantas o diseñar un sistema de recolección y reutilización de agua de los aires acondicionados, entre otros proyectos destacables.

Sectores como el del calzado, textil, juguetes, plástico, agroalimentación, así como otras industrias tecnológicas asociadas a la energía, a la informática o a la biomecánica son algunas de las áreas de aplicabilidad donde pivota la actividad de los centros tecnológicos de REDIT. Sin embargo, Belenguer explica que la propia evolución de las empresas ha permitido emplear el conocimiento generado en otros quehaceres, «a priori ajenos o alejados de su misión originaria».

«Siempre encuentras mucho más de lo que esperas», resalta el director general con relación a «la excelencia del trabajo» realizado por los centros durante los últimos años. «Es magia lo que ponemos al servicio de las empresas valencianas», esgrime Belenguer. La realidad en cifras muestra un escenario de «crecimiento consolidado y sostenible» basado en la interacción y el trabajo con cerca de 14.000 pymes y micropymes, más de 5.000 asociados y un total de 1.784 profesionales repartidos en los once centros que forman la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana.

Todos ellos suman más de 100.000 metros cuadrados dedicados a la I+D+i, con 196 laboratorios y catorce observatorios tecnológicos. Asimismo, según el estudio publicado por la Universidad Complutense de Madrid, las empresas que colaboran con los institutos de la Comunidad Valenciana son un siete por ciento más productivas que las que no cuentan con la interlocución de ningún agente de innovación. Además, de acuerdo con el mismo informe, llegan a exportar un veinticinco por ciento más fuera de la Unión Europea .

En total, los institutos tecnológicos valencianos captaron algo más de 98,4 millones de euros de programas nacionales e internacionales en 2020; fondos que, según especifica el director de REDIT, «hubieran ido a parar a otras regiones y países». No obstante, aclara que pese a que la proyección del I+D+i valenciano «evoluciona de manera positiva», todavía «queda bastante trabajo por delante» para superar la media española y alcanzar a los principales referentes innovadores nacionales como es el caso del País Vasco .

Para Belenguer, este modelo empresarial mantiene una hoja de ruta con tres líneas de actuación perfectamente definidas: servir como representación institucional de los centros tecnológicos ante agentes privados y públicos -como el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial ( IVACE ); fomentar la cooperación de los mismos para construir colaboraciones «de mayor calado, que sirvan para optimizar sus recursos»; y, por último, generar conocimiento (bajo el concepto de 'Think Tank ') a través de informes y estudios de impacto «que pongan en valor la actividad» de las asociaciones integradas en REDIT .

«Estamos orgullosos de que los centros tecnológicos manifiesten una sensación de pertenencia a REDIT, una red que fue la primera en España en apoyar a las pymes y que, posteriormente, imitaron otras regiones del territorio nacional», detalla el máximo responsable de este consorcio, que pertenece a la confluencia de expertos Enterprise Europe Network (EEN) de la Comisión Europea, así como a SEIMED , el nodo coordinado por IVACE que da servicio a la Comunidad Valenciana y a la Región de Murcia.

Todo ello, Belenguer sostiene que «se está empezando a valorar» el trabajo de los institutos tecnológicos y la «trascendencia» de la innovación en el tejido empresarial, aunque reconoce que también sería «conveniente» abordar los nuevos retos de la comunicación social desde el ámbito de la educación . «El reto es un cambio de paradigma social, a partir de ahí se debe ejercer una visión de 360 grados para conseguir una sociedad de gente emprendedora e innovadora, por lo que no podemos esperar a que los profesionales terminen sus estudios universitarios para introducirles estas variables», añade.

Mediante la plataforma «Sumamos frente al coronavirus », los diferentes centros tecnológicos llevaron a cabo múltiples actuaciones con el objetivo de colaborar en la lucha contra la crisis generada por el Covid-19 , tanto a nivel sanitario como económico y social. En este sentido, REDIT recopiló cerca de cincuenta iniciativas para combatir la pandemia como por ejemplo la elaboración de pantallas protectoras con impresoras 3D, la aplicación de la inteligencia artificial para la detección temprana de la neumonía o la homologación de productos como mascarillas y test rápidos de detección.

No obstante, el producto sanitario más relevante que se confeccionó en los laboratorios pertenecientes a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana fue un sistema de ventilación, autorizado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, cuyo coste de mercado era de 3.000 euros, «claramente inferior» al precio que pagaron algunas instituciones públicas -más de 20.000- por los respiradores que se utilizaron por aquel entonces, según expone Belenguer.

«Nuestra vocación siempre ha sido compartir y, en este sentido, pusimos al servicio de nuestros socios internacionales todas estas iniciativas para que pudieran aprovechar nuestro conocimiento e implementar diferentes soluciones contra el coronavirus que aquí ya se estaban poniendo en práctica», concluye.

Con el propósito de concentrar y exhibir la experiencia nacional e internacional de sus centros tecnológicos, así como para conocer la visión de siete profesionales valencianos que según Belenguer, «están cambiando el mundo», la asociación organiza el congreso REDIT Summit 2021 , encuentro que tendrá lugar el próximo 11 de noviembre en el Auditorio Mar Rojo del Oceanogràfic de Valencia.

Durante esta primera edición del evento financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE), reconocidos directivos valencianos de instituciones y empresas internacionales como MIT, NASA, Walmart, BERD y Shenzhen, así como un selecto grupo de hasta treinta ponentes, participarán en seis mesas inspiradas en el Pilar 2 del programa Horizon Europe (salud, alimentación, bioeconomía, clima, energía, movilidad, digitalización e industria, así como en dos ponencias transversales bajo los títulos de ‘La década de las Oportunidades y ‘La década de la Colaboración’ a cargo de diferentes representantes de compañías tecnológicas de renombre como Microsoft y Siemens.

«Será una jornada absolutamente intensa en la que contaremos con la presencia de grandísimos innovadores valencianos que elevan el nivel de representación de un evento que pretende contar cosas y, sobre todo, proponer soluciones a los retos que tenemos por delante como sociedad», considera Belenguer.