La primera protesta por la financiación de la era Sánchez llega entre semana, tras las elecciones y sin Gobierno

Todos ellos consideran públicamente el mayor problema que tiene la Comunidad Valenciana el hecho de que el cambio del modelo de financiación autonómica todavía no llegue y, mientras tanto, el territorio continúe sufriendo la insuficiencia de recursos. Palabras que no parecen ir acorde a todo lo que ha ocurrido después de aquel día de noviembre en el que todavía gobernaba el PP .

La realidad es que la plataforma que promovió la cita -formada por PSPV, Compromís, Podemos, Ciudadanos, la patronal (CEV) y UGT y CCOO- ha mantenido una escasa actividad desde entonces. Todavía menor a partir de que Pedro Sánchez se situara al frente del Gobierno central en junio de 2018. Ese año, en conmemoración de la manifestación de doce meses antes, las iniciativas se quedaron únicamente en concentraciones ante las puertas de los ayuntamientos para leer el manifiesto aprobado en las Cortes.

Alguna reunión de por medio con poca trascendencia pública y un tono absolutamente rebajado han marcado la estrategia hasta esta semana, cuando han decidido regresar a la calle por el segundo aniversario. Los integrantes de la plataforma han convocado para hoy viernes una cadena humana que ha unido la sede de la Delegación del Gobierno con las Torres de Serranos.

En día laborable y a las 10.30 horas, el «mayor problema político valenciano» se ha resuelto con un reducida asistencia de personas -la organización sólo habla de «centenares»- movilizadas en su gran mayoría por los sindicatos y acompañadas de representantes de los partidos -menos el PP- y de algunos miembros del Consell.

La reclamación se ha dirigido a un Gobierno que ni siquiera está formado, tras la celebración de elecciones y después de una campaña en la que el propio Sánchez únicamente se limitó a afirmar que la reforma del sistema se abordaría a lo largo de la próxima legislatura.

Al llegar a las Torres de Serranos, han leído el manifiesto que elaboraron en 2017, recordando que se trata de una reclamación «que está viva». Así, han exigido «a quien gobierne» que la financiación «no puede esperar más» y que es necesario un nuevo modelo, además del pago de la deuda histórica y de unas inversiones territoriales que «nos hagan competitivos».