Paterna, el pueblo que vuelve a los Óscar 37 años después con «Dolor y Gloria» de la mano de Pedro Almodóvar

Salvador Mallo, el protagonista de «Dolor y gloria» -la película número 22 de Almodóvar que opta a 16 premios Goya y dos Óscars-, recuerda a lo largo del metraje cómo emigró a la Paterna de la década de los 60 junto con sus padres y cómo vivió su infancia en una de las «casas cueva» del pueblo.

«Decir que eres covero es como decir que eres paternero al cien por cien», cuenta Juan Antonio Sagredo, el alcalde de la localidad. Un escenario que data del siglo XIX y que retrata «una forma de vida muy humilde ». Las familias hacían de estas construcciones su hogar «por necesidad y porque la tierra lo permitía», cuenta Sagredo. De esa forma de vida se quedó prendado el cineasta y, por ello, trasladó a todo su equipo hasta Valencia.

Pero la relación de este municipio de alrededor de 69.000 habitantes con el séptimo arte viene de lejos, no solo por los rodajes que ha acogido o los estudios que albergan sus monumentales polígonos industriales. En sus calles nació y creció uno de los actores más recordados de la televisión española y sus vecinos no lo han olvidado, poniendo en marcha, incluso, un festival de cine con su propio nombre.

Antonio Ferrandis se ganó la fama con su papel de Chanquete en la mítica serie de TVE «Verano Azul» y protagonizó el primer largometraje español en conseguir un premio Óscar a la mejor película de habla no inglesa. «Volver a empezar» , de José Luis Garci, se alzó con la estatuilla dorada en 1983. Una proeza que ahora, 37 años después, Pedro Almodóvar quiere repetir con el film en el que otro Antonio -Banderas- interpreta a un alter ego del director y por el que él también opta al galardón al mejor actor.

Sagredo cuenta que desde el estreno de «Dolor y gloria» el pasado mes de marzo, la demanda de visitas a los escenarios naturales en los que se rodó se ha disparado. Conscientes de la «plataforma internacional» que supone la carrera por el codiciado premio de la Academia, el Ayuntamiento de Paterna se ha puesto manos a la obra y ha sumado a las rutas existentes por las cuevas por las que se pasearon durante unos días «muy intensos» Penélope Cruz y Raúl Arévalo, una exposición permanente que complementa la experiencia.

El consistorio ha recreado una vivienda al uso para explicar a sus visitantes los entresijos de la vida en una casa como estas y ya proyecta imitar en las actuales instalaciones el a ntiguo vestíbulo de la estación de tren de la localidad, tal y como se muestra en el plano final de la cinta.

Quienes visiten este enclave tienen ahora la oportunidad de mirar al cielo desde el subsuelo , como hace el pequeño Salvador Mallo en la película. Paterna regresa a los Óscar con la misma ilusión que hace casi cuatro décadas y con los dedos cruzados para que este viaje sea tan provechoso como el primero.