No fue hasta el 7 de marzo cuando llegó en tren desde la localidad de Strutyn , cerca de la frontera con Polonia , hasta la costa alicantina, donde reside su hermana Natalia desde hace más de veinte años.
Pese a que la mujer ha dado positivo en Covid-19, el pequeño Vladimir y su madre se encuentran en perfectas condiciones , tras un parto natural del que ha resultado un niño de 2,930 kilogramos. Mariia ingresó en el Servicio de Ginecología y Obstetricia el pasado jueves y, según explicó al equipo de matronas que asistieron la operación, tomó la decisión de abandonar su país al comprobar que la aviación rusa estaba bombardeando hospitales .
El equipo del Hospital de Denia la ha acompañado en todo momento, ya que su marido , con el que se conecta constantemente a través de videollamada, se ha tenido que quedar en Ucrania . Además, Mariia ha contado también con servicio de traducción durante el parto, ya que en el centro trabaja desde hace más de cinco años una enfermera del mismo país.
Asimismo, Cruz Roja de Jávea ha hecho un llamamiento a la solidaridad para ayudar a Mariia con los artículos necesarios para la crianza del bebé y también con alimentos no perecederos para la población ucraniana que está llegando a la zona.
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