El municipio con más extranjeros es Rojales, una armonía de pequeñas «patrias» independientes

De hecho, desde el ayuntamiento se organizan «intercambios lingüísticos» con el reclamo para los habitantes oriundos de aprender la lengua de Skakespeare con «nativos», se diría que porque hay más interés de los locales que de los foráneos. «Algunos prueban a integrarse, pero la mayoría son jubilados y solo se relacionan con gente de su país, tienen sus bares, restaurantes, locales... hace unos 15 años era diferente, porque había familias jóvenes, pero por circunstancias de trabajo se han ido», recuerda Samantha Biddles , británica afincada en la zona desde hace 20 años que conoce varios clubes de extranjeros, como Doña Pepa Lo Maribu, The Quesada Ladies Club, Quesada Bowls Club, el Club Suizo de Rojales o Quesada Coffee Morning .

Como detalle anecdótico que retrata esta barrera no escrita que separa a los españoles de los venidos de otros países, Biddles comenta que los primeros tienen complicado, por ejemplo, reservar en un restaurante no regentado por sus compatriotas, ya que cierran a las diez de la noche y si -cosa habitual- quiere cenar a las nueve, «imposible tomarse un café».

«Hay dos polos opuestos: los que quieren integrarse y van a todas los actividades, fiestas... e incluso, como le ha dicho mi padre un cliente suyo, 'háblame en inglés', y luego hay otros que no quieren, crean sus propios clubs y no aprenden español», corrobora Alberto Ros, concejal portavoz del PP en Rojales.

Aunque las estadísticas reflejan una especie de «éxodo» en un par de años, al pasar el censo de 21.686 habitantes en 2013 a 18.127 en 2015, Ros matiza que, en realidad, lo que ha ocurrido es que el INE regularizó en su momento sus datos porque había muchas personas que antes no estaban empadronadas y pasaron a registrarse, al tiempo que ahora otras han optado por darse de baja, supuestamente porque viven menos de seis meses en Rojales, aunque lo hacen motivados por «ventajas fiscales».

Esta población fantasma representa un problema para el ayuntamiento, ya que no percibe fondos en consonancia con los servicios que debe prestar a su volumen de usuarios real.

Como detalle singular, en Rojales los taxis no tienen sus paradas en lugares céntricos del casco urbano, sino en la periferia, en las urbanizaciones, donde tienen más servicios, sobre todo, al aeropuerto, a falta de una línea regular de autobuses para cubrir ese trayecto. Este tránsito de extranjeros hacia sus países de orígenes con cierta frecuencia ha obligado a ampliar las licencias y hay más taxistas de lo usual en un municipio de estas dimensiones. También florece el negocio de alquileres de vehículos en las inmediaciones de la terminal aérea, gracias a este mercado permanente.

Acerca de la convivencia entre extranjeros, Ros ve pocas afinidades que vienen de sus diferencias históricas, no de ahora ni en Rojales, y solo ve que coinciden en ocasiones excepcionales, como el Día de Europa, una vez al año.

El caso de Rojales no es una excepción, ya que pese a que esta localidad destaca por contar con el porcentaje de extranjeros más alto de España, lo cierto es que en Alicante se pueden encontrar hasta 13 municipios donde el porcentaje de foráneos supera al de nacionales . Un número muy elevado si tenemos en cuenta que de los 8.036 municipios que tiene España, sólo en 20 se da esta situación.

Algunos municipios alicantinos que destacan en este sentido serían Llíber (segundo en el ranking nacional) con un 70,7% , San Fulgencio con un 67,96% o Benitachell con un 65,03%.

Así, tal y como se puede ver en el siguiente mapa, donde se representa con una tonalidad más intensa aquellas localidades donde el porcentaje de extranjeros es superior, tanto Alicante como el levante en general, la costa sur y las islas, destacan por contar con una mayor concentración de foráneos.

Haga clic sobre cada municipio del mapa para obtener más datos sobre la distribución de su población: