Las multas acechan en la playa

Por ejemplo, cuatro amigas toman el sol en la arena de La Malvarrosa. Junto a ellas hay tiradas en la arena dos bicicletas. Multa al canto. Está prohibido entrar vehículos en la zona de la playa. A pagar. Lo dice la ordenanza y, por eso, la policía tiene potestad de multar a las mujeres con sanciones importantes. Ellas no lo entienden. «Por qué tengo que dejarla allí cuando ellos pasan siempre que quieren con sus vehículos a motor que contaminan», dice Gloria a la que se le ha amargado la mañana de sol. Y eso que sólo ha sido una advertencia del periodista que no tiene libretita de multas como los municipales. Informa Las Provincias

Y bicis entran muchas. Los hay que hasta las gastan para parapetarse del viento o del sol. Se pueden forrar poniendo sanciones a los ciclistas que se llevan el vehículo a la arena. Y eso que en los accesos a la playa hay indicaciones de que está prohibido. «Prefiero arriesgarme a que me la roben allí fuera que no hay nadie controlando», replica un joven.

Lo que no dicen las señales es que al que se le ocurra darse una duchita con jabón le puede caer un 'chorreo' serio. Y más grave sería si un policía encuentra a alguien limpiando una vajilla en las duchas. Esto es falta grave y la multa va de 751 euros a 1.500. El fairy sale a precio de oro...

La ordenanza no deja mucho margen. Lo principal según la norma es «el paseo, la estancia pacífica en la playa y el baño en el mar tienen preferencia sobre cualquier otro uso». Por eso los que deciden jugar al fútbol o a las palas junto a las toallas también se la están jugando porque la sanción es leve al estar molestando al resto de los usuarios de las playas, que cuentan con

18 kilómetros de extensión en el término municipal. Miguel y Andrés están jugando a pasarse un balón cerca del agua, pero no respetando los seis metros que deben alejarse de la zona de estancia de la gente. «No lo sabíamos. Que nos pueden multar por jugar aquí. Pues sería un fastidio.», dijo Andrés antes de cambiar de ubicación el partidillo, por si acaso...

Pero tampoco se puede poner la tumbona a una distancia inferior a los seis metros del agua. Los que quieren ocupar la primera fila pueden llevarse un papelilo rosa a casa. La ordenanza impide tumbarse cerca de la orilla para permitir el tránsito de la gente hacia el agua o los paseos por la orilla.

Muchas son acciones habituales. Y eso de dejar las mesas y las sillas mientras comen en un chiringuito en Valencia tampoco está permitido. La ordenanza dice muy claro que «está prohibido dejar instalados complementos siempre que no se encuentren presentes los propietarios, por el hecho de tener reservado el lugar en la playa». Más claro agua. Así que no vale lo de guardar un espacio. El que fue a Sevilla perdió su silla o la primera línea en la playa.

Y, por cierto, si la policía te pide que le enseñes la sombrilla y detecta que está oxidada , te la va a quitar, lo dice la ordenanza.

Y ojo con intentar llevarse un radiocd a la Albufera. Multa al canto. Está prohibido el uso de esos aparatos, también los instrumentos musicales, dentro del parque natural, para no estorbar a los animales que allí moran. En el resto de las playas se pueden usar mientras la policía no entienda que el uso de esos utensilios pueden molestar al resto. En ese caso, la 'receta' está asegurada. Y que a nadie se le ocurra aliviarse. Si un policía le pilla orinando en el agua también le multa. Ya ven, en la playa se debe ir a partir de ahora con sumo cuidado.