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Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, anunciando su dimisión este martes en rueda de prensa MIKEL PONCE | Vídeo: EP
Toni Jiménez

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Mónica Oltra ha anunciado este martes su dimisión como vicepresidenta de la Generalitat, portavoz del Gobierno de Ximo Puig, consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas y diputada en las Cortes Valencianas. La dirigente de Compromís se centrará en su defensa tras haber sido imputada por la gestión de los abusos a una menor tutelada por los que fue condenado a una pena de cinco años de cárcel su exmarido.

Pese a lo que se había asegurado en un principio, Oltra ha acudido a la reunión de la Ejecutiva de la coalición, donde ha comunicado su decisión. Muy pocos minutos después, la dirigente ha realizado una rueda de prensa en la que ha explicado que se marcha para no ser «la coartada» para que los socialistas expulsen a Compromís del Gobierno autonómico.

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«Si echan a Compromís del Gobierno, no será por mí. Me voy con la cara bien alta, pero con los dientes apretados. Porque esta historia pasará a la historia de la infamia política, jurídica y mediática de este país», ha aseverado, al tiempo que ha reiterado que, sin la presencia de la coalición en el Ejecutivo, la políticas de izquierda del Botànic -el tripartito junto con Unidas Podemos- no saldrán adelante.

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Una determinación que empezó a rondar por su cabeza a raíz de «todo el ataque mediático» tras el duro escrito de la Fiscalía solicitando su imputación y que no ha comunicado previamente al presidente Ximo Puig , que en las últimas horas había redoblado la presión para que la salida de Oltra del Consell fuera inminente.

«Señor presidente, esta es mi decisión» , ha dicho, visiblemente afectada, mirando a las cámaras. Preguntada por si hubiera esperado su apoyo en esta cuestión, ha respondido que «claro que lo hubiera esperado», aunque «yo ya hace tiempo que no espero nada». La relación de Oltra con Puig se vio gravemente afectada tras la decisión unilateral del dirigente socialista de adelantar las elecciones autonómicas de 2019, algo que desde Compromís se vio como una traición. Fue, precisamente, durante la negociación para reeditar el pacto progresista tras los comicios, «la única vez» que hablaron de la posibilidad de que se diera un escenario como este, en el que el presidente la cesara o la forzara a dimitir.

Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, anunciando su dimisión este martes en rueda de prensa MIKEL PONCE

«Me cuesta esta decisión porque ganan los malos», ha señalado. «Estamos dando el mensaje de que cualquier político que no apoye a los poderosos, se lo van a cargar con denuncias falsas, con guerra sucia en los tribunales, con mentiras». «No es una cuestión personal, es una cuestión política. Y eso es lo que me duele en el alma», ha subrayado.

Sobre volver a la primera línea política si archivan la causa: «Eso ya no es cosa mía. Depende de muchas cosas». Ahora la Ejecutiva de Compromís deberá decidir quién ocupa sus cargos de portavoz, vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas.

También correrá la lista de la colación en las Cortes Valencianas: «No necesito estar aforada. Si no soy digna de estar en el Gobierno, menos de estar en la Cámara de representación popular». «Este círculo diabólico y endogámico, hoy se rompe», ha zanjado.

Un final anunciado

La vicepresidenta arrastraba seis días de mucha presión tras hacerse público el pasado jueves el auto del Tribunal Superior de Justicia que la llamaba a declarar como investigada el próximo 6 de julio . Sus socios de Gobierno del PSPV no estaban dispuestos a volver a presenciar una rueda de prensa monográfica sobre la situación judicial de la portavoz del tripartito como la del viernes, en la que Oltra reiteró su inocencia para justificar que no iba a dimitir ante una catarata de preguntas por parte de los periodistas.

El acto que Compromís celebró el sábado en Valencia, una especie de homenaje en el que se pudo ver a los principales líderes de la formación bailando sobre el escenario, no contribuyó a calmar los ánimos. Ya el lunes, Ximo Puig enseñaba la puerta de salida a su número dos, -«No estoy para fiestas», dijo-, animando a sus compañeros en la Generalitat a reflexionar de forma «coral» para evitar el desgaste del Ejecutivo progresista a un año de las elecciones y ante el triunfo del PP en Andalucía.

Aunque desde Compromís se puso el foco en que cualquier decisión unilateral de Puig supondría el fin del acuerdo de Gobierno, algunas voces autorizadas del partido -como la del alcalde de Valencia, Joan Ribó- han incidido estos días en que la defensa de la figura de Mónica Oltra no estaba reñida con reflexionar sobre la vertiente colectiva de este asunto.

La sucesión

Tras la reunión de la Ejecutiva, los cuatro portavoces de las distintas fuerzas que confluyen en Compromís han explicado que serán ellos quienes consensuarán en las próximas horas, qué dirigente del partido debe suceder a Mónica Oltra en sus cargos en el Consell y se lo trasladarán al presidente de la Generalitat.

Lo único que han confirmado es que será una única persona -probablemente de Iniciativa, la formación de la ya exvicepresidenta, para guardar el equilibrio de fuerzas- la que ocupará todas esas funciones. Aunque se valorará en su momento, no descartan que Oltra sea cabeza de cartel para los comicios de 2023 si su caso se ha archivado, en lo que consideran un paso atrás para volver com más fuerza. En ese sentido, Joan Ribó ha lamentado la «falta de empatía» de sus socios del PSPV en toda esta cuestión. «No es un buen camino para hacer un gobierno de coalición», ha criticado.

Por su partes, fuentes de Presidencia de la Generalitat han mostrado su respeto a la decisión de Oltra -«en la línea de la reflexión» que había pedido «desde el primer momento» Ximo Puig- y han agradecido su trabajo durante su tiempo en el Botànic.

Imagen de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, anunciando su dimisión este martes en rueda de prensa MIKEL PONCE

El origen del caso

La causa -asumida en su totalidad por el TSJ- en la que ahora están imputados Mónica Oltra y otros trece funcionarios y cargos de Igualdad tiene su origen en una sentencia de la Audiencia de Valencia ratificada por el alto tribunal: la que condenó a cinco años de prisión a Luis Ramírez Icardi -monitor en el centro Niño Jesús de Valencia-, a la espera de su recurso en el Supremo.

El fallo ponía el foco en la desprotección a la que se había sometido a la víctima por parte de quienes tenían que protegerla -no se creyó a la menor en febrero de 2017- y ponía en entredicho la gestión de la Generalitat a partir de junio de ese mismo año, cuando se puso la denuncia y un juez dictó una orden de alejamiento. En agosto, días después de que Oltra recibiera en su casa la notificación de esa actuación, la Conselleria abrió un expediente «parajudicial», supuestamente para desacreditar a la niña de 14 años. Un relato que han mantenido, a lo largo de más de un año, hasta seis pronunciamientos judiciales.

Pese a las explicaciones de la vicepresidenta en las Cortes Valenciana en abril de 2021, fueron esos, precisamente, los argumentos que utilizaron pocas semanas después la defensa de la entonces menor -representada por el abogado y líder de España 2000, José Luis Roberto- y la asociación Gobierna-te -presidida por la cofundadora de Vox Cristina Seguí- para llevar los hechos de forma paralela ante los tribunales. Una circunstancia por la que la consellera siempre ha calificado la causa como «una cacería de la extrema derecha» . La formación de Santiago Abascal también ejerce la acusación popular en la investigación que abrió el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, cuyo titular elevó el asunto al TSJ tras tomar declaración a los primeros trece investigados.

Aunque no existen pruebas directas, los indicios que han ido señalando jueces y fiscales en todo este proceso han sido suficientes para que los magistrados del alto tribunal valenciano acabaran imputando a Oltra por los presuntos delitos, según la Fiscalía, de prevaricación, abandono de menores y omisión del deber de perseguir delitos.

El último auto de la Sala de lo Civil y lo Penal apuntaba a «una serie de indicios plurales que en su conjunto hacen sospechar la posible existencia de un concierto entre la señora Mónica Oltra y diversos funcionarios a su cargo , con la finalidad, o bien de proteger a su entonces pareja o bien proteger la carrera política de la aforada».

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