María José Catalá reivindica la herencia de Rita Barberá para construir su proyecto en Valencia

Aunque la decisión ya se daba por hecha desde hace varias semanas, finalmente ha sido comunicada por Génova este jueves . La incógnita era por fin despejada después de meses de quinielas que circulaban por el partido en las que han entrado -fuera creíble o no, fuera con opciones reales o con ninguna- diputados, exfutbolistas, dirigentes de clubes, responsables de asociaciones, fiscales, abogados o jueces.

Catalá es la elegida para una compleja tarea. De un lado, tratar de recuperar para su partido una plaza clave como es Valencia -y con la cual tendrían más opciones de regresar a la Generalitat-. De otro, recomponer la formación a nivel interno tras los duros momentos vividos por los problemas judiciales y por el fallecimiento de Rita Barberá, que sacudió completamente a los populares.

Precisamente la figura de la que fuera alcaldesa durante seis legislaturas ha sido la reivindicada por la diputada. Consciente de que se trata de alguien irreemplazable, Catalá, en la primera comparecencia pública que ha realizado junto a la líder regional, Isabel Bonig, ha señalado que «tener a Rita de referencia es una responsabilidad»: «Será muy difícil estar a la altura, pero lo voy a intentar. No se parte de cero, se parte de su herencia ».

La candidata a la Alcaldía ha confesado sentirse «muy satisfecha, contenta e ilusionada» con su designación y ha avanzado que su candidatura requiere un perfil que combine renovación y experiencia y con un marcado sentimiento valencianista . Aun así, ha rechazado hablar de la lista. Sus palabras, sin embargo, se interpretan como una apuesta por la profesionalización -perfiles especializados en un ámbito determinado- y la inclusión de algún independiente. Nombres como el portavoz municipal, Eusebio Monzó, la parlamentaria María José Ferrer San Segundo o Juan Giner, actual miembro de la gestora provincial, ya comienzan a sonar al tratarse de personas muy cercanas a Catalá. En principio, tenderá a montar su equipo y no se prevé una gran intervención desde Génova. Las negociaciones se llevarán más a cabo con la dirección regional.

Catalá ha afirmado que no se siente una «candidata de emergencia» , en referencia a si se ha tratado del «plan B» de Génova. Todavía no existen detalles de todo el proceso de negociación que ha culminado en su designación, pero las alusiones a «datos objetivos» por parte de la dirección nacional hacen entender que la encuesta ciudadana ha resultado un factor determinante.

El sondeo dejó, como informó ABC, de claro favorito al portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons . Catalá salía bien parada en segunda posición, un poco distanciada de González Pons, pero muy por encima de las siguientes personas por las que se preguntaba (el parlamentario Vicente Betoret, el presidente de la gestora en la ciudad, Luis Santamaría, e incluso el abogado Manuel Broseta).

Descartado González Pons tras el congreso de Helsinki -sus posibilidades de convertirse en el primer español al frente del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo (PPE) en la Eurocámara se disparaban-, las opciones parecía que se centraban entre Broseta y Catalá . El primero lo rechazó, por lo que todo hacía prever lo que ha sucedido hoy.

Aun así, la posibilidad del independiente ha estado encima de la mesa. Era la opción predilecta de Isabel Bonig -quien elevó una propuesta que no ha trascendido- y una consideración a estudiar por parte de Génova. Sin embargo, finalmente han resuelto que sea Catalá, algo que la presidenta de los populares valencianos ha apoyado pese a que siempre ha sonado como una alternativa a su liderazgo. Ese respaldo ha querido ser agradecido públicamente por la diputada. «Quiero devolvérselo en votos para que sea presidenta del Consell» , ha indicado.

El tándem femenimo ha sido puesto en valor por la líder del PPCV. «Ya vengo diciendo que el partido iba a aportar mujeres con garra. Aquí algunos nos reclaman ya la cuota masculina», ha bromeado. Pero el análisis de las dos figuras va más allá, ya que con Bonig para la Generalitat -cuyo perfil aguerrido es más cercano ideológicamente a Pablo Casado- y con Catalá para el Ayuntamiento -procedente del sector democristiano pero con unos posicionamientos más centrados-, la formación consigue cubrir todo el espectro de centro-derecha.

Uno de los numerosos flecos que quedan por cerrar es qué ocurrirá con la lista autonómica, pero la diputada ha eludido hablar sobre esta cuestión. Voces de la formación han llegado a comentar que una de sus exigencias para ir de candidata en Valencia era mantener el acta de parlamentaria , algo que choca con los posicionamientos de la dirección regional.

Preguntada esta semana por si los alcaldables pueden ir también en la lista autonómica, Bonig remarcaba que la «regla general» es que no. «No hemos tratado este tema, pero no se prevén particularidades», añadía. Un rechazo a la acumulación de responsabilidades que Bonig siempre ha mantenido en su discurso -puesto que es partidaria de que los dirigentes se centren en una sola tarea-, pero que adquiere mayor importancia al afectar a Catalá.

Otro de los interrogantes es el futuro de los concejales populares. Nueve de los diez ediles permanecen investigados por presunto blanqueo de capitales. La instrucción del caso se encuentra casi finalizada, pero recientemente la Fiscalía pidió una prórroga, por lo que el PP podría enfrentarse a las próximas elecciones con la situación todavía pendiente de resolver.

Resulta improbable que Catalá pueda contar con ellos en la candidatura, pero el gesto de unidad que han querido trasladar este jueves poniéndose públicamente a su disposición ha sido muy bien recibido .

La elección de Catalá ha desatado inmediatamente duras críticas desde la izquierda, que el PP atribuye al perfil solvente de su candidata y al nerviosismo por las posibilidades reales que tienen de recuperar la alcaldía con un pacto junto a Ciudadanos y Vox. Cargos como Joan Ribó, Sandra Gómez, Giuseppe Grezzi y Ximo Puig han cargado contra ella por haberse empadronado recientemente en la ciudad, por su gestión al frente de la Conselleria de Educación o por pertenecer a un partido «ligado a la extrema derecha». «Si el PP fuera extrema derecha no estaría en él», ha zanjado la aludida.