Llega a Valencia a pie recorriendo los 5.000 kilómetros de costa peninsular para dar a conocer empresas locales

Más si cabe, si se trata de un reto con un transfondo empresarial y profesional ligado al encuentro de la innovación social y medioambiental. Es el caso de Francisco Rábano , un ejecutivo que ha colgado los hábitos corporativos de las start-ups para enrolarse en un proyecto «para tejer historias andando».

«La idea detrás de este viaje de 5.000 kilómetros a pie recorriendo toda la costa ibérica es divulgar la situación del emprendimiento ecosostenible, la innovación social , el comercio de proximidad y la artesanía local que haya en las zonas por las que pase», explica este caminante.

Este viernes 18 de febrero llega a Valencia , con el objetivo de encontrar empresas con propósito social y medioambiental. De hecho, ya tiene concertadas diferentes citas con empresas de la ciudad para «conocer las iniciativas sostenibles que se están llevando a cabo en esta comunidad». Estas son GravityWave, Timpers, Proyectos Extraordinarios, Incubadora con valores y ECO-ONE.

A través de sus perfiles de redes sociales, Francisco fotografía, relata y narra cada espacio, negocio y persona que conoce en su viaje. El trayecto comenzó el mes pasado en Portbou (primera ciudad en la frontera entre Francia y Cataluña) y recorrerá toda la costa peninsular hasta alcanzar Hondarribia , el último municipio del País Vasco antes de Francia.

Las previsiones de Rábano pasan por terminar la ruta en un año, realizando jornadas diarias de unos veinte kilómetros aproximadamente. Su proyecto, que recibe el nombre de Lenta Premura, se encuadra dentro de las acciones contenidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados por las Naciones Unidas e impulsados por el Gobierno de España.

«Con más de una década liderando equipos en teletrabajo de startups tanto españolas como americanas, y tras publicar el libro Teletrabajo. Autogestión y liderazgo de equipos , he colgado los hábitos de la velocidad y el sedentarismo para probar los caminos de la vida nómada y la calma», concluye Francisco.