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José Luis Torró - Al punto

Coronavirus: ...si gobernase la derecha

«La izquierda española, que controla en un muy alto porcentaje los medios de comunicación social más influyentes, sabe jugar mejor que bien sus bazas»

Imagen tomada este viernes en el aeropuerto de Valencia EFE

En un chat en el que vierten sus pasiones, pulsiones y opiniones la mayoría de quienes lo integran, un heterogéneo grupo del que formo parte y en el que hay de todo, abogados, médicos, periodistas, clases pasivas y mediopensionistas, la recepción de un meme abre una rápida ronda de opiniones y comentarios: «Quédense en sus casas, por favor. Ya la cagaron cuando fueron a votar. Ahora, quédense en sus casas». El primero de los que interviene apunta que «el último resultado electoral fue providencial. Si se estuviera comiendo este marrón el centro-derecha, con el dominio izquierdista de los medios de comunicación, sería su fin para décadas». Y se suceden otros en línea más o menos coincidente. Dentro de la desgracia mundial que está suponiendo la pandemia del Covid-19, y lo que todavía nos queda, podemos decir que, en el caso de España, “del mal, que es mucho, muchísimo, terrible y devastador, el menos”.

Sí, porque de estar gobernando la derecha, la reacción social-podemita hubiese sido la misma , corregida y aumentada, que ya vimos cuando otros sucesos conmocionaron a la ciudadanía. La referencia los atentados del 11-M resulta inevitable. En aquel momento, víspera electoral, la presión social en la calle, con la complicidad bien evidente de potentes medios de comunicación social, permitió a la oposición socialista –con Alfredo Pérez Rubalcaba clamando “por un Gobierno que no nos mienta”— dar el vuelco electoral.

La izquierda española, que controla en un muy alto porcentaje los medios de comunicación social más influyentes, sabe jugar mejor que bien sus bazas. Nada que ver con la derecha que se apoca y retrae a poco que le pinten bastos.

Imaginemos por un momento que Mariano Rajoy sigue en La Moncloa y que estamos en vísperas del 8M. Y que el virus ya está atacando sin disimulo en varios frentes dentro y fuera de España, con Italia ahí al lado, ya contaminada. El portavoz de Sanidad, Fernando Simón, advierte que dada la gravedad de la amenazante epidemia tienen que impedirse las manifestaciones y concentraciones convocadas por el movimiento feminista. Lo dice, y un pandemónium estalla violento en las calles, los barrios, las aulas, las fábricas. Estudiantes, feministas de toda greña y condición, sindicalistas, podemitas, periodistas, montan un cirio violento. ¡Ah, la superioridad moral de la izquierda, cuánto se hubiese hecho notar en ruedas de prensa, editoriales, asambleas, algaradas callejeras…!! Achacarían a la derecha gobernante su brutal intolerancia contra los derechos de la mujer, tal como la propia ministra Irene Montero , acaba de hacer. Todo es una patraña, dicen, un montaje para tratar de evitar la movilización del feminismo, para impedirle que salga a la calle a reivindicar lo que tiene derecho reclamar frente al heteropatriarcado.

Pero no. Rajoy ya no habitaba en La Moncloa . Ahora está ocupada por un doctor, falaz y mentiroso, que convocó unas elecciones porque no podía ni quería gobernar con Podemos , pero que acabó pactando con el repudiado Iglesias estando todavía fresca la tinta en que decía todo lo contrario.

Y en eso que el virus que había brotado en una China, cada vez más próxima por la globalización, ya lo teníamos en el vestíbulo. ¿Se llegó a plantear una mente sensata dentro del gobierno sanchista-podemita suspender las manifestaciones y concentraciones? Pues lo mismo sí, pero con escasa capacidad de convicción y menor capacidad de hallar complicidad en los colegas ministeriales.

Imagen tomada este viernes en el aeropuerto de Valencia EFE

“¿Por qué debe ir una mujer a la manifestación del 8M, le pregunta una periodista a la vicepresidenta Carmen Calvo ? Y ella responde: “Le diría que le va la vida”. Y lo repite para que no haya duda alguna. Le deseo a la vicepresidenta que se reponga del todo y bien de la afección que padece, pero que sea consecuente y tan pronto esté bien del todo y hayamos podido sobreponernos a la mortífera plaga, dimita. Sí, que dimita por su manifiesta incompetencia, atribuible al resto del Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza. Por la incapacidad de unos y otras para impedir que el contagio, que ya se había manifestado en suelo patrio, pudiese alcanzar tan catastrófica dimensión por falta de previsión. Por actuar con culposa negligencia al anteponer las manifestaciones del 8M al peligro del contagio. Por no haber dispuesto con tiempo la adquisición de material sanitario con el que combatir la pandemia. Por haber decretado una alarma, asumiendo las competencias de sanidad , y no haber sido capaces de actuar con unidad de mando y criterio. Por no haber dispuesto los medios imprescindibles para que los profesionales de la Medicina dispusiesen de equipos suficientes que les evitasen el brutal contagio que están sufriendo.

Para qué seguir. Si esto llega a ocurrir con un gobierno de centro-derecha….!

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