Joan Baldoví: «Compromís actuará como grupo propio en el Congreso aunque no lo tenga legalmente»

El electorado de Compromís siempre se ha caracterizado por la movilización. ¿Cree que se mantendrá para estos comicios?

Las encuestas están diciendo que tenemos una de las fidelidades de voto más altas y que la gente que nos ha votado volverá a ir con toda seguridad. Tampoco te escondo que esta repetición de elecciones inevitablemente hará aumentar la abstención. Hay gente que considera legítimamente que no hemos hecho todo lo que teníamos que hacer y, además, no nos engañemos, no va a coincidir en las mejores fechas entre San Juan y domingo de verano. La gente está saturada y los políticos también.

¿Se muestra optimista de cara a las negociaciones para formar Gobierno pese a que el resultado parece que no vaya a cambiar mucho?

Soy optimista siempre. Si no, ya haría tiempo que me habría ido a casa porque nos ha costado mucho llegar hasta aquí. Creo que habrá un Gobierno, pero dependerá en última instancia del PSOE. Tienen una situación complicada porque han de decidir hacia dónde irán. En ese sentido, nosotros ya hemos dicho lo que queremos, que es gobernar con ellos como ya ocurre en la Comunidad Valenciana. En la Mare de Déu de agosto (día 15), espero que haya acuerdo y podamos descansar todos.

¿Piensa de verdad que la coalición que han formado con Podemos y EU puede superar en votos al PP en Valencia?

Desde luego es la circunscripción más favorable para Compromís y para la coalición. Prefiero ser prudente y moderado, pero creo que estamos en disposición de disputar el partido. Podemos superar por primera vez al PP y acabar con su hegemonía de décadas. Sería un sueño poder verlo.

Ese deseo tendría que durar hasta las próximas autonómicas y municipales. ¿Aguantarán el tirón?

El Consell lo está haciendo razonablemente bien. Si al final todas las cosas que se han de criticar son las que saca la oposición, nos podemos mantener. Se paga a los proveedores, se prestan los servicios, se es mucho más transparente... es cierto que gobernar supone un cierto desgaste y en algún momento has de decir que no, pero creo que en tres años el pueblo valenciano volverá a depositar su confianza mayoritariamente en las fuerzas progresistas.

¿Hicieron todo lo que pudieron a la hora de intentar formar Gobierno?

Compromís sí. No pusimos ninguna línea roja ni dijimos que no a ninguna reunión. Nos sentamos con el PSOE solos, en la mesa a cuatro con Podemos e IU, fuimos los primeros y únicos que también lo hicimos con PSOE y Ciudadanos. Cuando parecía que todo estaba perdido, hicimos la apuesta sincera y honesta en el último minuto de presentar un acuerdo de mínimos como fue el Pacto del Prado. Fuimos muy flexibles, aunque en lo que no podíamos ceder era en los temas valencianos, como la financiación, la deuda histórica o las inversiones. Lo único que no hicimos fue hablar con el PP porque obviamente estamos en contra de sus políticas. Vamos a estas elecciones con la conciencia tranquila y con la cabeza muy alta.

Algunos de esos temas sí chocan con Ciudadanos

Chocaban entonces, pero vienen otras elecciones. Me sorprendo cuando Albert Rivera habla ahora de inversiones en la Comunidad. Bienvenido sea, porque nosotros llevamos años hablando de ello. Lo que hace falta es un consenso muy amplio de la sociedad valenciana y de los partidos para que estas cuestiones estén en la agenda nacional.

El Pacto del Prado fue casi idéntico al del Botánico

Sí, fue un acuerdo de mínimos, lo que podía permitir alcanzar un pacto con mucha más facilidad de forma rápida. Era a imagen del de aquí para facilitar que el PSOE lo pudiera asumir. Con él podríamos haber empezado a caminar y estar hablando ahora de tramitaciones de ley que ya se hicieron allí.

El PSOE descarga toda la responsabilidad en Podemos a la hora de frenar las negociaciones.

Yo, que he sido espectador privilegiado de todo ese proceso, siempre digo que le reconozco a Pedro Sánchez la valentía de intentar formar Gobierno con 90 diputados, pero le reprocho la falta de amplitud de miras de no querer abrir el acuerdo cuando se sentó con Ciudadanos aunque no le daban los números. Ese acuerdo nunca tuvo la posibilidad de ser enmendado o discutido porque Ciudadanos puso una línea muy clara. No apostaban por la derogación de la reforma laboral ni por eliminar de forma clara el copago a pensionistas y a los servicios sociales. Nunca fue algo abierto.

¿Cree que Podemos trató de verdad de propiciar un entendimiento?

Pablo Iglesias se equivocó en ciertas actitudes que tuvo durante esos días. Tal vez que no fue la mejor manera de crear un clima propicio. Pero más allá de determinados gestos que no ayudaron, el PSOE hizo un acuerdo con tanta liturgia y tanta solemnidad con Ciudadanos, que luego le resultó complicado poder abrirlo. Ahí esta la clave de la imposibilidad. El PSOE, además, sí que tenía líneas rojas. Alguno le había dicho que cuidado con quién pactaba. Fue la impresión que me dio.

¿A qué se refiere?

A que si hay un cambio de Gobierno, podemos cuestionar por qué pagamos 100 euros de luz cada mes, por qué hemos de rescatar determinadas autopistas o poner en cuestión algunos intereses que durante años han parecido intocables en el mundo de las grandes empresas de este Estado, como las eléctricas. Por casualidad, en ellas hay miembros destacadísimos que han estado en el PSOE.

¿Las grandes empresas fueron entonces una de las patas de la negociación?

Intuyo que sí. Veía que había muchas reticencias en el PSOE a que Podemos integrara un Gobierno.

¿Y eso cambiará ahora?

Lo hará si el PSOE quiere que cambie. Creo que el votante de ese partido no quiere de ninguna de las maneras una gran coalición o que por activa o por pasiva deje gobernar al PP. Este país es como es, venimos de donde venimos. Espero que la gente cercana al Partido Socialista le traslade que el pacto favorito es uno con las fuerzas de izquierdas y éste recapacite para construir el Gobierno del cambio.

¿Los partidos tienen que dejar claro en campaña con quién pactarían?

Cuando hablamos del qué, ya sabemos lo que significa un pacto con Rajoy o con Rivera. Pienso que sería honesto decir la opción para gobernar y eso aclararía muchas dudas a los electores. Nosotros lo decimos claramente: queremos pactar con el PSOE. Estaría bien que el PSOE también lo dijera, al igual que Ciudadanos. El PP sí que lo ha dicho con la gran coalición.

¿Cómo ve el grupo propio en el Congreso?

Dependerá de la configuración de la Mesa y si la mayoría nos es favorable, pero lo veo complicado. El reglamento se ha interpretado de una manera y de la contraria con una impunidad pasmosa. Por ejemplo, se ha dado grupo esta legislatura a CiU, que no cumplía el requisito de tener el 15% en todas las provincias donde se presentaban.

¿Y si no hay grupo qué alternativa habrá para que haya voz valenciana?

Lo tenemos escrito en nuestro protocolo de actuación. Hiríamos al grupo mixto y, aunque no seríamos un grupo legalmente constituido, sí actuaríamos como uno de facto como se ha visto durante estos cuatro meses.

¿Qué debates abrirán la próxima legislatura?

Nos va la vida en el debate valenciano. Que nuestro Gobierno tenga dinero para hacer todo lo que se necesita. Cuando hablamos de mejorar la financiación, hablamos de puestos de trabajo porque ahí se incluyen las escuelas que no se han hecho, los médicos, los enfermeros y los maestros que no se han podido contratar o el dinero para I+D+i en nuestros institutos tecnológicos. Y cuando hablamos de inversiones, los valencianos tenemos 500 millones de euros menos cada año. Si contamos con buenas infraestructuras, nuestras industrias serán competitivas en Europa. También la reforma tributaria es imprescindible para nuestras pymes.

¿Se fijan algún Ministerio o Secretaría de Estado?

Hacienda y Fomento serían capitales. El primero para resolver la financiación y la deuda histórica y el segundo para impulsar todas las infraestructuras que no se han hecho. No sólo el Corredor Mediterráneo, sino las líneas de cercanías, el túnel pasante por Valencia o la conexión ferroviaria Zaragoza-Sagunto, que comunicaría el principal nódulo logístico del interior del Estado con un puerto valenciano. Es una obra baratísima, costaría 40 millones y daría elevados beneficios. Son temas fundamentales.

¿Que ocupen esa Secretaría de Estado será una condición indispensable para apoyar un Gobierno?

Desde «A la Valenciana» no sustentaremos un Gobierno que no resuelva estos temas que he expuesto. Si vamos a Madrid es por eso.

¿Quién podría ocupar ese puesto? ¿Se animarían usted o Mónica Oltra?

Hay personas magníficas aquí que podrían hacerlo. Yo no tengo ninguna ambición, me gustaría continuar como portavoz del grupo. Tenemos banquillo.

¿Qué cree que frenó la coalición Compromís-PSPV-Podemos para el Senado?

El miedo del PSOE claramente. Los tres partidos no necesitábamos firmar un pacto, podríamos haber mantenido nuestros programas e identidades, pero habiéndonos puesto de acuerdo. No queríamos regalarle la mayoría absoluta al PP en el Senado cuando puede vetar cualquier inicitiva de reforma de la Cámara.

¿Qué políticas de la Comunidad Valenciana le gustaría que se trasladaran a nivel nacional?

Las de atención a las personas como la eliminación del copago. También las educativas, como la reducción de la ratio.

¿Incluido el tema de la concertada?

Es un debate estéril. Aplicar la ley no es ir contra la libertad de enseñanza. Si se incumpliera, en vez de una manifestación tendríamos a todos los colegios yendo a los tribunales. Con gobiernos del PP se cerraron más aulas de la concertada que para el curso que viene.