Los grandes hitos médicos del doctor Pedro Cavadas

Y, además de todo el trabajo que desempeña en el hospital de Manises, donde interviene en la actualidad, el cirujano valenciano interviene dos veces al año de forma altruista en África con su Fundación Pedro Cavadas, para ayudar a quien lo necesite (fundamentalmente a niños). Esta semana, el valenciano ha vuelto a ser noticia por su última operación, una cirugía para unir la columna vertebral a la pelvis usando hueso del peroné a un paciente que se quedó tetrapléjico a los 9 años, y cuyos detalles explicará este jueves, 19 de julio, junto a su equipo en el hospital de Manises.

Este es un repaso de los grandes hitos o «milagros» del doctor Pedro Cavadas:

Alba Lucía, una colombiana de 47 años y vecina de Castellón, fue la primera mujer del mundo a la que se practicó un trasplante bilateral de antebrazos y manos. La intervención se realizó en noviembre de 2007 , en el Hospital La Fe de Valencia por el doctor Cavadas. La operación duró más de 12 horas, fue un éxito y la paciente, que sufrió la doble amputación a consecuencia de una explosión cuando realizaba un experimento de química, pudo recuperar la sensibilidad en un período de cinco meses.

Una de las intervenciones del doctor valenciano fue la reconstrucción del cráneo de un niño guatemalteco de doce años que lo tenía fracturado desde que tenía un año de vida por un accidente. Los médicos no se lo pudieron cerrar y tras más de una década, la madre de este niño contactó con el cirujano Cavadas para ayudarles. Fue intervenido en febrero de 2007 , en el Hospital 9 d'Octubre de Valencia.

En agosto de 2009 el doctor valenciano realizaba el primer trasplante de cara en España. El paciente, de 43 años, que había perdido hacía once años parte de sus rasgos faciales por la radioterapia, fue operado en el Hospital La Fe de Valencia y trasplantado de la lengua y la mandíbula. Era el primer caso de un trasplante de este tipo en todo el mundo. El hombre falleció años después, en 2013, por una enfermedad ajena al trasplante.

En junio de 2016 , el doctor Cavadas realizó la reconstrucción del rostro de la mujer marroquí Samira Benhar, afectada por una severa deformidad que le acarreaba rechazo social y problemas en su país de origen. La joven sufría un grave caso de tumor facial (neurofribomatosis tipo I), que le ocupaba la mitad de la cara y le impedía la visión de un ojo. En 2013 lograron una cita con el doctor Cavadas, quien se comprometió a colaborar realizando la intervención quirúrgica de manera altruista. Tres años después se logró el objetivo.

Ningún médico de Kenia) el país natal de Mike Koech, ni ninguno de los especialistas que le atendieron en India posteriormente sabían cómo ponerle solución a un bulto gigantesco que crecía descontroladamente en su rostro desde hacía diez años. El tumor era benigno, pero se consideró inoperable porque cualquier intervención obligaría a extirparle la mitad de la cara, el maxilar y uno de los ojos. Sin embargo, el doctor Pedro Cavadas se cruzó casualmente en el destino de ese hombre de 36 años, que hoy en día luce un aspecto muy diferente tras someterse con éxito a cuatro intervenciones en el Hospital de Manises de Valencia.

Gracias al doctor Cavadas, uno de los marines de los Estados Unidos conserva hoy su mano tras horas amputada. Lo difícil fue sacarle del submarino en el que se encontraba en Cartagena cuando sucedió el accidente, lo que complicó la operación: «Llevaba alrededor de diez u once horas de isquemia (falta de riego). Eso es mucho tiempo. Es cercano al límite de lo que se puede o no se puede hacer para reimplantar una mano», dijo el doctor. Después, la operación duró unas cinco horas.

El último de sus milagros. En esta ocasión, el doctor valenciano y su equipo han realizado una cirugía para unir la columna vertebral a la pelvis usando hueso del peroné a un paciente que se quedó tetrapléjico tras una grave lesión producida por un arma de fuego a los 9 años y que le ha obligado estar encamado en los últimos años como consecuencia de las complicaciones en la zona lumbar.

Wilmer Arias tiene ahora veintiocho y ha pasado de estar postrado en una cama a poder desplazarse en una silla de ruedas: «El doctor Pedro Cavadas me ha dado una segunda oportunidad para seguir con vida».

Arias, natural de Guatemala , quedó tetrapléjico a los nueve años como consecuencia de una bala perdida en su columna vertebral. La lesión le provocó una úlcera, a priori, incurable. En su país le dijeron que su caso «no tenía solución». Una enfermera llamada Marta le habló de Pedro Cavadas, con quien se puso en contacto con la «esperanza de pudiera ayudarme».