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Valencia

«Cuando uno de nuestros hijos se hace caca en el colegio, nos llaman para que vayamos a limpiarlo»

Padres del centro al que acude el niño autista de la carta de Facebook se unen a la denuncia tras estar desde el 14 de diciembre sin educador en el aula CYL

Vídeo: Campaña de sensibilización sobre el autismo de una madre el pasado año | Imagen de archivo de unos niños en un colegio AFP
Ade Palomar

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Los educadores sociales son una pieza clave para el desarrollo de un niño con autismo. Imprescindible para su aprendizaje, pero también para ayudarle con necesidades tan básicas como el ir al baño. Por eso es tan dramático que un colegio con un aula CYL (de Comunicación y Lenguaje) en la que hay niños con trastornos como el autismo o TDH falte esta figura. Esto sucede en el mismo centro del que el pasado 24 de enero se hizo eco este diario tras publicar la carta de una madre en Facebook sobre la situación de su hijo autista . Así lo han indicado a ABC otros padres del colegio público de Valencia, cuyos nombres -al igual que el del centro- se preservan por respeto a su confidencialidad.

«Cuando los niños se hacen caca fuera del horario del aula CYL, nos llaman a nosotros», señalan. Desde el 13 de diciembre, que se marchó la educadora que ocupaba esta plaza, los niños no tienen a nadie que les limpie si se orinan o defecan . Si no quieren entrar a clase y acaban quedándose solos en el patio, si se tiran al suelo o no hablan... Son muchas las situaciones que pueden darse con estos pequeños con necesidades. Los peores episodios suceden, precisamente, «en horario de comedor o en horas extraescolares», cuando no hay una persona que les controle.

[La Generalitat convoca de urgencia a la bolsa de educadores para cubrir las 21 plazas vacantes]

«El colegio mira el aula CYL como algo de otro planeta, no hay carteles que indiquen qué tipo de aula es, algunas tutoras no informan de que tienen a un niño de esta clase...», cuentan.

Este centro tiene asignados dos educadores, uno es para otro alumno, un niño de ocho años con discapacidad del 79% y un grado 3 de dependencia, y otro para el aula CYL llamada «de modalidad A», en la que hay unos ocho niños y que además también acuden a la clase ordinaria. En esta última, la educadora que comenzó el curso el 11 de septiembre se marchó el 25 de ese mismo mes, y no fue hasta el 14 de noviembre que llegó una nueva persona para ocupar ese puesto. El 13 de diciembre (tras solo 19 días lectivos) la nueva educadora se fue y, hasta la fecha, el puesto está por cubrir. La inestabilidad del personal es otra de las críticas de los padres, que han visto pasar por allí «hasta 16 personas diferentes» en poco más de dos cursos. Aunque les consta que el colegio sí ha reclamado a Conselleria el educador que necesitan, consideran que «no basta con una llamada» y creen que deberían exigir con más ahínco.

Por otro lado, en paralelo, los padres del menor con la discapacidad 79% también habían denunciado que el pequeño no había podido ir al colegio desde el 16 de enero, ya que la única educadora asignada para él cogió la baja médica y nadie le había sustituido. Al respecto, la Conselleria de Educación ha explicado a ABC que la educadora se ha incorporó este miércoles de nuevo al centro. Además, respecto a la otra plaza de educadora que sigue sin cubrirse en el centro, indica que desde Educación se pidió a la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas -de la que dependen estos profesionales- que se sustituyera «inmediatamente» y que están «haciendo todos los esfuerzos» para ello.

Educadores, «un colectivo un poco abandonado»

El sindicato CSIF de la Comunidad Valenciana ha indicado a este diario que el de los educadores sociales es «un colectivo un poco abandonado» . Entre otras críticas, señalan que Conselleria «quiere» que cubran un horario laboral de 9 a 17 horas (jornada de ocho horas), cuando el decreto del colectivo señala que deben trabajar siete horas y cuarto cada jornada.

Además, el sindicato asegura que desde 2008 no se han convocado oposiciones para educador (en tal año fueron 4 las ofertadas), y añaden que «hay mucho trabajo temporal y precario». Para denunciar la situación, el colectivo lleva desde diciembre convocando huelgas.

De acuerdo con los sindicatos, los educadores son un colectivo «muy numeroso», formado por cerca de mil funcionarios - el 80% son interinos y el 90% mujeres - repartidos por las escuelas e institutos públicos de la Comunidad Valenciana.

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